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Sobre «Ulpiano: dar a cada uno lo suyo».

El gran problema es averiguar qué es lo que corresponde a cada uno, cuestión sobre la que ha existido una gran discrepancia a lo largo de la historia.

16 de agosto de 2018

En una reciente publicación del medio español Confilegal se da a coocer el artículo «Ulpiano: dar a cada uno lo suyo». Se sostiene que una de las definiciones más conocidas de Justicia es aquella expresada en el siglo III de nuestra era por el jurista Domicio Ulpiano, quien decía que “es la constante y perpetua voluntad de dar a cada uno su propio derecho”, también defendida por  Tomás de Aquino y sus seguidores.
Se asegura que Ulpiano es considerado, todavía hoy, como uno de los más grandes jurisconsultos de la historia del Derecho romano y su mayor logro fue la recopilación y el ordenamiento del derecho clásico, destacando sus comentarios “Ad Edictum” y “Ad Sabinum”.
Junto con ello, escribió varios textos sobre las atribuciones de magistrados y funcionarios imperiales. También se dice que un tercio del Digesto de Justiniano se basa en fragmentos suyos.
Dentro de sus frases célebres están “Durum est, sed ita lex scripta set”, que quiere decir es dura, pero así fue redactada la ley, principio que defendió personalmente cuando fue expulsado de Roma, en el año 200, por el emperador Heliogábalo;  o “Res iudicata pro veritate accipitur”, que significa la cosa juzgada se tiene por cierta, entre muchas.
El texto detalla a continuación que Ulpiano fue junto con su mentor Emilio Papiniano, y otros juristas como Julio Paulo, Gayo (del que se desconoce su nombre completo) y Herenio Modestino, uno de los referentes de la famosa Ley de Citas del año 426, que establecía que las partes sólo podían citar con valor vinculante para el juez los textos de esos autores, aunque siempre en caso de discrepancia o empate debía primar la opinión del maestro Papiniano. Si aún así no podía resolverse la cuestión, el juez podía libremente optar entre una y otra solución.
Para Ulpiano, el derecho consistía en tres reglas o principios básicos: vivir honestamente, no dañar a los demás, y dar a cada uno lo suyo. Algo que compartimos prácticamente todas las personas que vivimos en sociedad y que, sin embargo a él le sirvieron de muy poco.
Luego se relata también que Ulpiano, al igual que otros juristas de la época, formó parte de la burocracia imperial convirtiéndose en asesor del emperador Alejandro Severo.
Llegó a ser prefecto del pretorio, algo similar a un ministro de justicia del Imperio romano. Pero los soldados pretorianos no vieron con buenos ojos que un jurista les liderara y limitara sus beneficios económicos, por lo que se rebelaron contra él, y luego degollado ante el propio emperador.
El texto recuerda también que la definición de Justicia y los preceptos jurídicos de Ulpiano siguen hoy en día vigentes en todos los ámbitos del derecho, sin embargo, pese a la sencillez de su planteamiento, “dar a cada uno lo suyo” no es tan fácil.
El gran problema es, como es obvio, se arguye, averiguar qué es lo que corresponde a cada uno, cuestión sobre la que ha existido una gran discrepancia a lo largo de la historia. Pese a ello, todos los jueces se empeñan cada día en intentar hacer posible esta máxima del derecho.

 

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