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El cine y la realidad que los medios de comunicación no pueden o no quieren contar.

Una verdad aparente que pasa por la verdad misma, pero que no es la verdad.

22 de agosto de 2018

En una reciente publicación de Confilegal se da a conocer el artículo “El cine cuenta, a través de la ficción, la realidad que los medios de comunicación no pueden o no quieren contar”.
Se sostiene que el cine le debe mucho a la Justicia, para ser más exactos a su terminología.
El texto nos hace recordar algunas películas míticas como “Testigo de cargo”, “Veredicto final”, “Doce hombres sin piedad” o “Ausencia de malicia”. A través del cine y de la literatura se cuenta una realidad que los medios de comunicación muchas veces no pueden, o no quieren, contar. Una verdad aparente que pasa por la verdad misma, pero que no es la verdad.
Este último título citado, por ejemplo, “Ausencia de malicia”, se señala, que está más al día de lo que algunos podemos pensar.
El texto nos recuerda que aquel fantástico film dirigido por Sydney Pollack y protagonizado por Paul Newman y Sally Field, donde se muestra cómo los poderes públicos se sirven, a veces, de los medios de comunicación filtrando aquellas informaciones que conviene a sus intereses -algo que vemos habitualmente-, en un juego inmoral en el que ambos salen beneficiados, pero a consta de vulnerar las leyes y perjudicar a ciudadanos inocentes, llegando incluso a arruinar la vida de una persona, ocasionando su muerte.
El póster promocional de la película: “¿Es un hombre culpable hasta que no se pruebe su inocencia?
Luego, el texto nos hace suoner que una mañana tomamos el periódico, y nuestra vida es noticia de primera página. Todo lo que dice es correcto, pero no es verdad”.
Y sobre la libertad de expresión y la presunción de incocencia gira esta historia.
Toda la trama se ampara en una mal entendida “libertad de prensa”, defendida por la protagonista femenina, Sally Fields, que quiere a toda costa conseguir una exclusiva.
En la ambición del funcionario del Estado que quiere resolver un caso de desaparición.
Y en la defensa que hace Paul Newman al verse implicado en esta desaparición, únicamente por los antecedentes mafiosos de su familia. Todos ellos en algún momento toman decisiones que vulneran la legalidad o la ética, camuflando su responsabilidad bajo la expresión de “ausencia de malicia”.
Pero, se afirma, el término “Ausencia de malicia” no es el adecuado jurídicamente para definir las infracciones que los protagonistas de la película cometen, puesto que no se trata de una típica imprudencia o comisión de una acción sin intencionalidad o ausencia de malicia.
Todos los protagonistas saben que sus actos pueden tener unas consecuencias y aún así, los realizan.
Por eso, estaríamos hablando, de acuerdo al texto, de un dolo eventual, que es el conocimiento y la aceptación previa por parte de una persona de la posibilidad de que se produzca una determinada consecuencia como resultado de su actuación. Y, a pesar de ello, no desisten de su empeño.
El dolo eventual se produce cuando el resultado obtenido es distinto querido por el autor de un delito. Sin embargo, no siendo querido, el resultado ha sido previsto como posible.
Y es que, el texto dice que no debemos olvidar que en las decisiones que tomamos en la vida, no es suficiente con no tener ánimo de hacer el mal, sino que es preciso pensar en los “daños colaterales” que pueden ocasionar nuestras acciones y decisiones a personas inocentes, que no tienen culpa de nada.

 

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