En respuesta a los resultados de la investigación de la Fiscalía saudí según los cuales el periodista saudí Jamal Khashoggi murió tras una “pelea a puñetazos” en el interior del consultado de Arabia Saudí en Estambul, Samah Hadid, directora de campañas para Oriente Medio de Amnistía Internacional, declaró que “la terrible noticia de la confirmación de la muerte de Jamal Khashoggi en el interior del consulado saudí nos ha conmocionado y entristecido”.
Añade que “las declaraciones de las autoridades saudíes afirmando que los resultados de la investigación indican que Khashoggi murió a consecuencia de una ‘pelea a puñetazos’ en el interior del consulado no son creíbles, y señalan un nuevo mínimo en el historial de derechos humanos de Arabia Saudí”.
Por ello, piden a las autoridades saudíes que entreguen inmediatamente el cadáver de Jamal Khashoggi para que le sea practicada la autopsia por peritos independientes con arreglo a las normas internacionales.
También, presentar cualquier otra prueba que obre en su poder sobre el homicidio de Khashoggi para que se lleve a cabo una investigación independiente que determine las circunstancias que rodearon su muerte.
A continuación, la directora manifiesta que “el Gobierno turco debe solicitar que el secretario general de la ONU ordene una investigación urgente sobre la muerte de Khashoggi y las circunstancias que la rodearon. Su familia y el mundo se merecen conocer toda la verdad sobre lo que le ocurrió al periodista, y los responsables, no importa cuál sea su rango o condición, deben responder ante la justicia”.
Una investigación independiente, asegura, será la única garantía frente a lo que cada vez tiene más visos de ser un encubrimiento por parte de Arabia Saudí de las circunstancias del asesinato de Khashoggi, y frente a los intentos de otros gobiernos de barrer el problema debajo de la alfombra para preservar lucrativos acuerdos de compraventa de armas y otros lazos comerciales con Riad.
Luego, arguye que “este terrible asesinato en el interior de un consulado, que equivale a una ejecución extrajudicial, ha sacudido a los defensores y defensoras de los derechos humanos, periodistas y disidentes en todo el mundo, pues refuerza la idea de que Arabia Saudí puede actuar con total impunidad utilizando sus embajadas y consulados como zonas seguras frente al procesamiento en cualquier lugar del mundo”.
Amnistía expone que los órganos de expertos independientes han desarrollado procedimientos profesionales detallados para investigar casos de posible tortura y ejecuciones extrajudiciales con arreglo a las leyes y normas internacionales de derechos humanos, como la versión revisada del Manual de las Naciones Unidas sobre la Prevención e Investigación Eficaces de las Ejecuciones Extralegales, Arbitrarias o Sumarias (Protocolo de Minnesota) y el Manual para la investigación y documentación eficaces de la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes (Protocolo de Estambul).
Por último, indica que tras darse a conocer los resultados de la investigación de la Fiscalía Saudí, el rey Salmán dictó varios reales decretos cesando a varios agentes y funcionarios de alto nivel, entre ellos Saud al Qahtani, asesor de la corte, y Ahmed Assiri, subdirector del Servicio General de Inteligencia. La Fiscalía continúa investigando. Hasta ahora han sido detenidos 18 nacionales saudíes en relación con la muerte de Khashoggi.

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