En una reciente publicación de la Biblioteca del Congreso Nacional se dio a conocer el artículo “Las sanciones a conductores que usan el celular mientras manejan en Australia”.
La BCN sostiene que todos los estados australianos coinciden en multar con altas cifras de dinero a quienes violen las leyes de vialidad, establecidas por la Comisión Nacional de Transporte (NTC) y los gobiernos locales, que se enfoquen en evitar accidentes de tránsito por el uso de celular.

Las alertas que vinieron de la OMS

El texto asegura que atender llamadas o mirar la pantalla del celular mientras se conduce, son prácticas que podrían resultar letales, tanto para los propios conductores, como a otras personas al volante y a los peatones. El celular es considerado un medio de distracción, hace que las personas pierdan el foco sobre el camino, e incluso, cambien su comportamiento.
A continuación, da cuenta de un informe elaborado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre el uso de los aparatos móbiles como elemento de distracción, describe esta acción bajo el concepto de distracción cognitiva, cuyos efectos se reflejan en la alteración de los tiempos de reacción y la imposibilidad de mantener una dirección coherente dentro de los márgenes de la ruta.
Según dicho informe, se añade, solo entre 2005 y 2011 el porcentaje de conductores que reconoció la utilización de celular mientras conducía, aumentó del 1 al 11 por ciento. Luego, la BCN arguye que si bien distintos gobiernos han tomado medidas para reducir los elementos distractores en las calles, pero más aún en autopistas y carreteras con el fin de que los conductores se enfoquen en una sola tarea principal, los teléfonos móbiles hoy suponen distintos tipos de distracciones, pues producen efectos visuales a través de su pantalla, efectos cognitivos por la capacidad de llevar a la reflexión, consecuencias físicas a la hora de sujetar o manipular el aparato, y efectos auditivos, pues tapa otros sonidos como la sirena de una ambulancia o una bocina.
Enseguida, el texto señala que un estudio realizado por la Universidad de Queensland, Australia, el 2017 coincide en apuntar a los teléfonos celulares como el principal foco de distracción en las rutas del país oceánico, más aún, que debido a las distintas formas con las que logra desenfocar a los conductores, su causalidad de accidentes estaría subrepresentada. Ello se complementa con las cifras sobre el uso de dichos aparatos mostradas por el estudio y que fueron recogidas durante 2013. Entre un 39 y 62 por ciento de las personas consultadas a nivel nacional, reconocieron que responden llamadas telefónicas cuando conducen. Una cifra similar se ve en quienes reconocieron que utilizan el celular para distintos propósitos.
Las cifras mostradas por dicho informe ha llevado a que las distintas jurisdicciones australianas adopten medidas para evitar las distracciones en los caminos y aumentar la seguridad en todas las vías del país. El principio de establecer una relación causal entre uso del celular y accidentes es reconocido en todos los territorios. Si bien cada uno tiene sanciones distintas, existe unanimidad en considerar que los celulares producen distracciones mentales que dividen la atención y obstaculizan el buen tránsito en los caminos.

Distintas sanciones aunque reconocen de igual manera la gravedad

El texto puntualiza también que ocho de los principales estados y territorios australianos establecen sanciones distintas a quienes violen las leyes. Según la normativa de la Comisión Nacional de Transporte (NTC) conducir con un teléfono en mano es ilegal en todo el país, independientemente de cuan detenido estén los autos en un semáforo, o si el teléfono se encuentra sujeto a una estructura en el tablero. Solo la función del GPS está permitida y en algunos casos como en el estado de Queensland, se establecen estructuras especiales para este propósito, no obstante, tal como sucede en todos los estados, se exige el uso de manos libres para hablar.
Dicho territorio especifica además que los mensajes de texto, correos electrónicos, juegos, incluso la toma de fotografías, son prácticas ilegales mientras se conduce, independientemente que el aparato se encuentre en una estructura. Más aún, los conductores solo pueden tocar el teléfono para entregárselo a un pasajero. Fuera de eso, ningún tipo de dispositivo puede tocar ninguna parte del cuerpo del chofer. De tal forma, las personas que incurren en este ilícito reciben multas de 391 dólares australianos y tres puntos de demérito.
En Nueva Gales del Sur, la ley expresa puntos similares a la de Queensland, aunque especifica que se puede llamar o mensajear siempre y cuando los autos estén fuera de la línea de tráfico y con el motor apagado. En el caso de Victoria, la ley es la misma y se aplica también a los motociclistas, aunque se fijan multas de 476 dólares australianos -unos 225 mil pesos chilenos- y cuatro puntos de demérito. En los Territorios del Norte, por su parte, dadas las condiciones desérticas y el flujo menos intenso en las carreteras, las multas ascienden a las 250 dólares australianos -118 mil pesos chilenos- y con tres puntos de demérito, sin embargo en Australia Occidental la multa se mantiene en 400 dólares australianos, que se traducen en 118 mil en moneda nacional.

Uso del celular en la legislación chilena

La BCN comenta que en nuestro país, la ley vigente de tránsito considera como una infracción la conducción haciendo uso del celular o cualquier otro aparato de telecomunicaciones. Aunque solo se permite su uso mediante el sistema de manos libres, las multas comienzan en una Unidad Tributaria Mensual (UTM) y solo aumentan a las 1,5 UTM, dependiendo del accidente. Sin embargo, el 2015 ingresó el proyecto de ley “No Chat” que busca el aumento de sanciones a quienes conduzcan haciendo uso del celular.
En dicho proyecto se especifican las acciones a prohibir en el uso de celulares, como por ejemplo la realización de llamadas, interacción vía mensajes de texto, aplicaciones de chat, activación de música, etc. Los únicos aparatos electrónicos permitidos son denominados “dispositivos georreferenciales” que no contribuyan a la distracción de los conductores. A pesar de lo anterior, la iniciativa pretende que haya una consideración de la infracción cometida a la categoría de gravísima, lo que llevaría a aumentar montos y penas.
Para Alejandro Tirachini, académico del Departamento de Ingeniería Civil de la Universidad de Chile, las leyes son importantes, pero es necesario que estas se complementen con otras acciones por parte del gobierno que contribuyan a generar acciones de precaución. “Es necesaria una buena campaña de concientización que informe a la gente sobre los peligros concretos que se producen al usar un celular mientras conduce”, señaló.
Según la Comisión Nacional de Seguridad de Tránsito (Conaset) entre 2011 y 2017 se duplicó la cantidad de accidentes por no estar atento a las leyes del tránsito a causa de manipular celulares. El 2017 se produjeron más de 25 mil accidentes , dejando una cifra de 123 fallecidos y más de 14.500 personas lesionadas. Es por ello que para Tirachini -y en consonancia con la OMS- el celular es una distracción grave, indistintamente de la acción que se realice. “Ya sea si se usa para hablar, leer, escribir o enviar mensajes de texto. En todos estos usos se ha sido mostrado que aumenta el tiempo de reacción, es decir, cuanto tiempo le toma a alguien tomar una decisión, por ejemplo, si la luz del semáforo cambia. Es decir, el uso del celular aumenta el riesgo de causar una colisión o atropello, hiriendo a terceras personas”, sentenció.

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