Este martes un tribunal de la ciudad de La Haya, en Holanda, decidió que el gobierno de ese país debe poner fin al toque de queda en vigor para frenar la pandemia del coronavirus, cuya imposición había provocado importantes protestas en el país.
“El toque de queda debe levantarse inmediatamente”, dijo el tribunal, considerando que la “emergencia” que justifica una medida semejante no se ha podido demostrar.
El gobierno holandés impuso desde el 23 de enero un toque de queda desde las 21:00 horas hasta las 04:30 horas para intentar evitar la propagación del coronavirus, la primera medida de este tipo en el país desde la ocupación nazi durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).
La decisión del juez responde a una demanda del grupo Virus Truth, que acusaba al gobierno de haber utilizado de manera incorrecta sus poderes para situaciones de emergencia.
El gobierno puede apelar el fallo pero eso no implicará la suspensión de la orden judicial, dijo un vocero del tribunal.
El toque de queda fue anunciado desde el 20 de enero por el primer ministro holandés, Mark Rutte, quien dijo que el país adoptada la medida con el fin de frenar la propagación del coronavirus en todo el territorio nacional.
Holanda también prohibió los vuelos provenientes desde el Reino Unido, Sudáfrica y Sudamérica desde el 23 de enero, en momentos en que contaba con 934.503 contagios de coronavirus.
En principio, el toque de queda fue dictado hasta el 10 de febrero, pero el lunes 8 se prolongó hasta el 2 de marzo, según anunció el gobierno, advirtiendo de las nuevas variantes del nuevo coronavirus.
“Esto es necesario ya que nuevas variantes más contagiosas del coronavirus ganan terreno en Países Bajos”, declaró el gobierno en un comunicado tras una reunión interministerial.
El gobierno holandés amplió a finales de enero otras restricciones hasta el 2 de marzo, incluyendo el cierre de bares, restaurantes y tiendas no esenciales. La mayoría de escuelas reabrieron el 8 de febrero.
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Tras el inicio del toque de queda, se produjeron disturbios en algunas ciudades, entre ellas Ámsterdam, Róterdam y La Haya. Más 400 personas fueron detenidas. El gobierno holandés calificó a los alborotadores de “escoria”.
Hasta finales de enero las fuerzas de seguridad holandesas habían detenido a más de 130 personas durante las protestas por la imposición del toque de queda y otras restricciones anunciadas para contener la pandemia de covid-19.