El bloque conformado por Francia, Alemania y Reino Unido, y Estados Unidos quieren salvar a toda costa el Pacto de Acción Integral Conjunto, firmado en Viena en 2015, pacto que limitaba a Irán en su carrera por la bomba atómica.
A cambio se levantarían gradualmente las sanciones internacionales contra la república islámica de Irán, país que ha violado en varias ocasiones las condiciones de este acuerdo adquiriendo uranio enriquecido, uno de los componentes del arma nuclear.
Cabe recordar que, Estados Unidos, bajo el mandato de Donald Trump, se retiró del acuerdo de forma unilateral, en 2018, lo que hizo que el pacto de Viena pendiera de un hilo.
El ministro de Relaciones Exteriores de Francia, Jean-Yves Le Drian, acoge a sus homólogos, el alemán Heiko Maas, y el británico, Dominic Raab, en París, y a ellos se une por videoconferencia el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken.
Hay muy pocas esperanzas de que las facciones cooperen: Irán exige el levantamiento de las sanciones para cooperar, mientras que las potencias occidentales ordenan a Irán cumplir con sus obligaciones en el acuerdo nuclear.
Además, Teherán no accede tampoco a las inspecciones de sus plantas nucleares por parte de la Agencia Internacional de la energía atómica, lo que aviva las sospechas de la comunidad internacional sobre el objetico real de su programa nuclear.
Plazo preocupante
El nuevo presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, también hablaron el miércoles de Irán en su primera conversación telefónica desde el cambio de gobierno en Washington.
Los dos dirigentes destacaron la «importancia de mantener consultas estrechas sobre los asuntos de seguridad regional, especialmente Irán», indicó la Casa Blanca.
La intensificación de los intercambios diplomáticos se produce días antes de un plazo preocupante: en virtud de la nueva legislación aprobada en diciembre, el gobierno iraní planea restringir el acceso de los inspectores del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) a algunas instalaciones si Estados Unidos no levanta sus sanciones impuestas desde 2018.
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El director general del OIEA, Rafael Grossi, tiene previsto viajar el sábado a Teherán para «encontrar una solución mutuamente aceptable», según el organismo con sede en Viena, que está preocupado por el «grave impacto» de estas restricciones.
Rohani dijo que estaba dispuesto a recibirlo. «Si quiere negociar, que negocie», dijo el miércoles, asegurando que «no se trata de dejar nuestra actividad nuclear sin inspecciones».