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Imagen: es.euronews.com
El pasaporte de vacunación que propone la UE reabre el debate entre el derecho a la salud y el derecho a la libertad y la privacidad.

Consejo de Europa asegura que el certificado de vacunación puede ser «discriminatorio».

La Comisión Europea (CE) presentó este miércoles el certificado digital de vacunas del covid-19, con la intención de que esté listo antes del verano para poder reactivar a tiempo los viajes en la temporada turística.

23 de marzo de 2021

El pasado miércoles 17 de marzo, la Comisión Europea publicaba una Propuesta de Reglamento para poner en marcha “certificados interoperables de vacunación, test y recuperación para facilitar la libre circulación durante la pandemia del COVID-19 (Certificado Verde Digital o “Digital Green Card”).

La propuesta, ya anunciada el 1 de marzo en un «twit» de Von der Leyen, fue recibida con una oleada de desconfianza.

Al primer «twit» de respuesta («¡Esto es totalitarismo!») le siguieron otros de similar cariz, como “el fin de la libertad”, “limitación de derechos fundamentales”, “discriminación”, “0% en privacidad”, etc.

La secretaria general del Consejo de Europa, Marija Pejcinovic, tiene dudas sobre el certificado de vacunación contra la covid que prepara la Unión Europea porque puede ser «discriminatorio» ya que abre la puerta a un trato distinto de las personas en función de su situación sanitaria.

«Cualquier documento que dé acceso a la gente vacunada a derechos, servicios y lugares es problemático, si ese acceso sigue prohibido a aquellos que no pueden ser vacunados», advierte, amparándose en el Convenio Europeo de Derechos Humanos y en la Carta Social Europea.
Insiste en que los que diseñan sistemas como el presentado por la Comisión Europea este miércoles «deben tener en cuenta estas consideraciones» y también «el derecho a la privacidad y la protección de datos».

La secretaria general del Consejo de Europa recuerda que el Convenio de Oviedo sobre Derechos Humanos y Biomedicina «deja claro que cualquier intervención médica debe estar sujeta al consentimiento libre e informado del paciente».

Sobre esas bases, Pejcinovic lanza una serie de cuestiones a debate, empezando por si sería aceptable imponer la vacunación para toda la población o para grupos específicos o si los gobiernos podrían dar certificados de vacunación con los que solo los que hubieran sido inmunizados podrían atravesar fronteras.

La secretaria general está convencida de que estas «cuestiones complejas, con una importante dimensión en derechos humanos» serán evaluadas por los tribunales nacionales y llegarán al Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

Expertos de algunas Universidades, e incluso funcionarios de la propia Organización Mundial de la Salud han apuntado el “carácter prematuro” del pasaporte europeo de vacunación, que la Comisión pretende lanzar el próximo mes de junio, entendiendo que es preciso un mayor análisis y, también, una mayor evidencia científica sobre la duración de la inmunización, tanto la derivada de la vacunación como del padecimiento de la enfermedad.
Expertos señalan que es importante saber de qué hablamos cuando tratamos del llamado “pasaporte de vacunación”, porque el análisis puede ser distinto dependiendo del tipo de documento del que hablamos.
A nivel internacional, los certificados de vacunación y los requisitos de vacunación para viajar a determinados países existen desde hace muchos años. Sostienen que si de lo que hablamos es de dar formato electrónico a esos documentos para facilitar su gestión no estaríamos ante un cambio sustancial con respecto a lo que ya se venía realizando, salvo por los riesgos inherentes a la aplicación de la tecnología a esta información. Sin embargo, si es de un documento vinculado a la vacunación que permita autorizar o impedir accesos a lugares habituales o participar en actividades ordinarias, la cuestión se complica y requiere un análisis mucho más pausado.
Añaden que, si la información que se trata se limita al estado de vacunación (primera dosis, segunda dosis, fecha) o al resultado de un test de infección o anticuerpos reciente para una finalidad legalmente reconocida como válida y necesaria, no parece que haya ningún problema.
Asimismo será muy importante analizar quién va a tener control y acceso a esos datos, de forma que se eviten riesgos innecesarios.
Hay también quienes aseguran que en realidad no hay un mayor recorte de derechos, ya que llevamos ya más de un año de restricciones a la libertad de movimientos, en su Recomendación 2020/1476, de coordinación de limitaciones a la libre circulación en respuesta al Covid.
Recuerdan que la Comisión Europea ya había permitido condicionar los desplazamientos intracomunitarios a la acreditación documental de ciertos requisitos. El nuevo pasaporte solo estandariza y homogeniza esa acreditación, a fin de facilitar la libre circulación.

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