Recientemente la Clínica Jurídica de la Universidad Central mutó de nombre y organización para transformarse en una Clínica Socio jurídica, la cual incluyó a las y los profesionales y estudiantes de Trabajo Social, además de los de Derecho.
Este avance no es el primero, ya que esta tendencia viene desde hace ya unos años, promovida principalmente por el Instituto Profesional Santo Tomás, cuyo propósito es ofrecer una asesoría y acompañamiento no solo desde el enfoque legal, sino que además desde otras ciencias sociales, como es el Trabajo Social y la psicología.
Con ello se consigue una atención integral y multidisciplinar, posibilitando que los usuarios de esas clínicas reciban una atención completa y personalizada. Es por ello que estas iniciativas deben ser vivamente replicadas, porque vienen a remecer siglos de cátedras enclaustradas y atomizadas, que nos enseñan erradamente que el Derecho se basta a sí mismo y que puede resolver cualquier conflicto de cualquier orden, olvidando que las y los profesionales del derecho solo sabemos de leyes mientras desconocemos, entendiblemente, otra áreas y ciencias.
Porque un mundo tan complejo y variado requiere de intervenciones complejas, es que estas iniciativas se presentan como una oportunidad única y enriquecedora de avanzar en nuevos horizontes, dejando de lado las trincheras de las diversas áreas del conocimiento, abogando en cambio por un trabajo mancomunado en búsqueda del bien común.
Matías Eduardo Vidaurre Vilo