Cartas al Director

¿No deliberantes?

Cristian Manríquez Gacitúa

23 de febrero de 2021


Es de público conocimiento el malestar del alto de mando de Carabineros de Chile, con la discusión política y social sobre una urgente y necesaria refundación o reorganización de la institución.

Al respecto, cabe la siguiente interrogante: ¿Son Carabineros una entidad no deliberante?

La interrogante tiene lugar en el contexto de que distintos sectores de nuestra política se han manifestado al respecto, con mayor o menor voluntad política de llevar a cabo reformas, más o menos profundas al cuerpo militarizado. Hasta el momento, esto es lo más sano y sensato, en y para una sociedad democrática, con sus FF. AA y policías subordinadas al poder político.

Como marco constitucional, nuestra Constitución Política, en su artículo 101, inciso primer prescribe lo siguiente: “Las Fuerzas Armadas y Carabineros, como cuerpos armados, son esencialmente obedientes y no deliberantes. Las Fuerzas dependientes de los Ministerios encargados de la Defensa Nacional y de la Seguridad Pública son, además, profesionales, jerarquizadas y disciplinadas”.

Por otra parte, la LOC 18961 (Ley Orgánica Constitucional) de Carabineros, señala explícitamente: “Carabineros de Chile como cuerpo policial armado es esencialmente obediente, no deliberante”. Ambas normas, de máximo rango legal, son bastante claras en someter al poder militar al civil.

Conforme a lo expuesto, una eventual deliberación sería de suma gravedad al colocar en tensión a poderes que, en un sistema democrático como el nuestro, deben estar subordinados el uno al otro.

Por consiguiente, no es aceptable que una institución de señales de rechazo o manifieste su disconformidad ante representantes populares, tanto de oposición como del oficialismo, sobre todo contra una ministra de Estado, como ha sido el caso.

Sin perjuicio de lo anterior, es innegable el rol fundamental de las policías en toda sociedad, por lo cual es menester modernizar y mantener en óptimas condiciones su rol, en beneficio de la seguridad de cada uno de nuestros compatriotas.

Una renovada institución de Carabineros es así fundamental para la nación toda, especialmente al tener el monopolio legítimo de la fuerza, y cumplir una labor esencial y delicada vinculada a la paz, seguridad y proteger bienes jurídicos de todas y todos, en un marco de respeto irrestricto a los Derechos Humanos.

Esta labor es netamente profesional y técnica, nunca debe ser política, he ahí la gravedad de estas situaciones, ya que politizar o dar rienda suelta, dicho de manera coloquial, es un grueso error que ya hemos cometido como país, que nos costó décadas solucionar y superar.

En síntesis, ante estos hechos, por el bien de la democracia, la institucionalidad y la libertad, se debe analizar y actuar con rapidez y sensatez, de modo tal que esta tensión disminuya, y se haga respetar, en la práctica la Constitución y las leyes, preservando inalterablemente la subordinación militar y policial.

 

Cristian Manríquez Gacitúa

Estudiante Derecho USACH

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  1. En la teoría y el papel suena bien. La pregunta es si realmente todos los funcionarios de Carabineros tienen el monopolio de la fuerza y de las armas. ¿Porqué los funcionarios no quieren usar sus armas de servicio? ¿porqué el General Director, quien participa en las mesas técnicas de seguridad pide al poder legislativo avanzar?. La ciudadanía tiene derecho a saber que los legisladores estan demorando la modernización de las leyes y eso no debería molestar a nadie.