La vocera de Gobierno Camila Vallejo señaló el lunes 4 que es un “privilegio” inaceptable que los presos de Punta Peuco continúen en esa cárcel dada la máxima gravedad que significa los delitos de lesa humanidad que cometieron, mientras que en otras cárceles, existe hacinamiento de presos que no han cometido delitos tan graves.

La ministra yerra en dos sentidos: Primero, la gravedad del delito cometido nada tiene que ver con las condiciones carcelarias del condenado, salvo que retrocedamos siglos en deshumanidad carcelaria.

Y segundo, aún cuando supongamos que en Punta Peuco no existe hacinamiento (cosa que es falsa), la sobrepoblación penal no puede ser utilizada como un motivo de “castigo” para estos presos, de tal forma que si la falta de hacinamiento fuera un “privilegio inmerecido”.

El deshacinamiento es un derecho humano, aplicable a cualquier condenado, sin importar la entidad del delito. Una declaración gubernamental de este tipo es otra forma más de “bajar de los patines” a los presos e igualar hacia abajo.

Carla Fernández Montero

Abogada Derecho Penitenciario