Entrevista

René Naranjo, candidato independiente a la Convención Constitucional por el Distrito 8 de la Región de Metropolitana.
Sistema parlamentario, cultura.

René Naranjo, candidato independiente a la Convención Constitucional por el Distrito 8 de la Región de Metropolitana: «Deberíamos hablar de una perspectiva cultural en la nueva Constitución, pensando que la cultura es, finalmente, todo lo que vivimos como sociedad, todo lo que creamos y, fundamentalmente, cómo convivimos».

El periodista de la Universidad de Chile e integrante de los directorios del Teatro Municipal de Santiago, del Centro GAM y de la Fundación Orquestas Juveniles e Infantiles de Chile (FOJI), asegura que La Convención Constituyente aparece hoy como la herramienta de participación ciudadana para producir los cambios que la gente está pidiendo.

14 de abril de 2021

Por Ignacio Sánchez Samarin para Diario Constitucional.

 

René Luis Naranjo Sotomayor, periodista de la Universidad de Chile e integrante de los directorios del Teatro Municipal de Santiago, del Centro GAM y de la Fundación Orquestas Juveniles e Infantiles de Chile (FOJI). Candidato independiente a la Convención Constitucional por el Distrito 8 de la Región de Metropolitana, conformado por las comunas de Estación Central, Lampa, Cerrillos, Colina, Pudahuel, Maipú, Tiltil y Quilicura. Forma parte de la lista Apruebo Dignidad y se postula en el cupo de Comunes (COM).

En el marco del Ciclo de entrevistas organizado por el Diario Constitucional y la Escuela de Periodismo de la Universidad Mayor de cara a las elecciones del próximo 10 y 11 de abril, conversamos con el comunicador de 58 años, quien detalló sus  propuestas y motivaciones para convertirse en constituyente, se refirió al rol que debe tener la ciudadanía durante este proceso y entregó su visión sobre una Constitución con perspectiva cultural.

 

 ¿Cuál es una de sus principales visiones con respecto al proceso constituyente?

Me parece que el proceso constituyente es sumamente necesario. Es el resultado de una revuelta social. De un malestar ciudadano compartido y extenso, que conmovió y estremeció al país a partir del 18 de octubre de 2019, por varios meses y que aún, a un año y medio, sigue latente. Seguimos con esa sensación de injusticia y el proceso constituyente está llamado a responder a esa fuerza, a esa energía social que se descomprime a partir de octubre de 2019. Siento que hay que responder a este mandato para crear una salida institucional y refundador a ese malestar, a esa demanda profunda de cambios, a esa necesidad de justicia social, de equidad de solidaridad, de participación ciudadana. El proceso constituyente y la nueva Constitución deben responder a estas demandas claras y sumamente compartidas de la ciudadanía.

 

¿Cómo se puede asegurar que la ciudadanía se mantenga conectada con el proceso constituyente y de qué manera concibe usted el rol de la sociedad en este proceso?

La Convención Constituyente aparece hoy como la herramienta de participación ciudadana para producir los cambios que la gente está pidiendo. Cambios que son bien compartidos, que tienen que ver con las pensiones, con la salud, con la vivienda… derechos sociales.

Las personas están esperando que la nueva Constitución logre generar justicia, equidad, solidaridad y también participación ciudadana (16:57-17:14). Durante este proceso debe haber transparencia total de las sesiones, tal como ocurre en las Cámaras del Congreso. Transmitirla vía streaming, por Youtube. Ha corrido mucha tinta con esto de que el Partido Comunista llamó a rodear la Convención y la verdad es que ya está rodeada, porque la tecnología permite una actitud vigilante de la ciudadanía, que va a estar pendiente; tal como está permanentemente en los debates de retiros de pensiones.

La ciudadanía debe estar organizada de alguna forma, ya sea en cabildos, que fue una de las consecuencias más positivas que dejó la revuelta, que la gente haya dejado su aislamiento, su individualismo y dijo «tengo que hablar con el vecino, tengo que saber qué le pasa». Eso tiene que seguir ocurriendo. No hay participación ciudadana si no hay organización de cabildos, juntas de vecinos. Las personas tienen que participar de grupos de debates, de conversación. Este es un gran paso desde un mundo individualista que fue el que nos legó la Constitución del 80′, totalmente egoísta, enfocada en el lucro y el negocio, a una recuperación de lo colectivo, de lo solidario y lo comunitario. Del encuentro entre las personas.

 

¿Qué tan cierto es que la redacción de una nueva Constitución será “de cero”?

La Constitución parte de la hoja en blanco, pero ciertamente no es una hoja en blanco absoluta. Es una hoja en blanco respecto de la Constitución del 80′, y tiene ser así, porque ahora que he leído varias veces la Constitución del 80′ y he conversado con muchas personas al respecto, confirmo que es un cerrojo. Y es un cerrojo perfectamente construido. No se puede reemplazar. Sirvió muy poco modificarla, como hizo el Presidente Lagos en 2005; porque es un cerrojo muy bien hecho (22:10-22:59). Hay que abolir la Constitución del 80′ y trabajar sobre una hoja en blanco. Es una necesidad. Sus principios de individualismo, de estado subsidiario, de neoliberalismo, patriarcal, enfocado al lucro de los privados. Nada de eso es sostenible hoy, después de la revuelta social. Entonces es una necesidad empezar con una hoja en blanco, pero no es una hoja en blanco absoluta porque están las constituciones anteriores de Chile, las principales, de 1833 y 1925, y también porque hay una historia constitucional en el mundo que es una referencia. Cómo han resuelto otros países, a estas alturas, los temas que hoy nos preocupan.

 

Adicionalmente a las demandas históricas y que sin duda son centrales para la sociedad como pensiones, salud, educación, vivienda, entre otros, ¿qué elementos y temas deberían ser considerados en la elaboración de una constitución moderna?

Más allá de la «propiedad», que sin duda será un tema muy defendido por los constituyentes de Vamos por Chile, más allá de ese tema, que va a generar mucho debate y también todo lo relativo a  los pueblos originarios, que dará, sin duda, un debate muy intenso y apasionado, está la redistribución del poder, redistribución del poder político, que es fundamental. Sostengo que se debe dividir el cargo de Presidente de la República, entre Jefe de Estado y Jefe de Gobierno y caminar hacia un sistema parlamentario. Creo que eso es, definitivamente, más contemporáneo y más inclusivo que un sistema semi presidencial, como el que se cita a menudo en estos casos, que es el sistema francés. Un sistema parlamentario al estilo de Alemania o España, con amplia participación de las regiones. El sistema parlamentario va unido a la potenciación de las regiones, a que las regiones tengan poder. No les puedes dar poder en un sistema unitario como el que instaló Portales y que hemos vivido hace 190 años.

 

 ¿Cómo se refiere la actual Constitución a la cultura? Y, adicionalmente, ¿Qué debe garantizar la nueva Constitución en términos culturales?

Bajo la Constitución del 80′, hemos vivido en una sociedad donde los temas culturales están en segundo plano, donde todo está enfocado en la economía. Los economistas han pasado a ser auténticos gurús; se les pregunta de todo. Se piensa que saben más allá de lo que puede llegar a saber  cualquier otro profesional especializado. Se les ha otorgado a ellos el poder. Cuando hay un problema, cuando hay la necesidad de resolver algo, ¿a quiénes llamamos?, a ingenieros comerciales. Hay ingenieros comerciales a cargo de la salud, a cargo de una serie de otras actividades del país.

Vivimos en un mundo que está filtrado por el dinero y por el lucro, enfocado al lucro de los privados, con un rol subsidiario del Estado, lo que quiere decir que el Estado no tiene iniciativa; el Estado, que somos todos nosotros, no tiene iniciativa para incidir en la vida de la sociedad. Y, la cultura, todo lo que tiene que ver con la creación cultural y el arte, que son dos cosas distintas, tiene que ver con el espíritu y el pensamiento, con la manera en que visualizamos el mundo, y formamos parte de esta convivencia nacional. Eso se ha dejado totalmente de lado, y hoy debiera tener un rol primordial. Así como se habla que habrá una perspectiva feminista, la candidatas mujeres lo reivindican permanentemente y está muy bien, deberíamos hablar de una perspectiva cultural en la nueva Constitución, pensando que la cultura es, finalmente, todo lo que vivimos como sociedad, todo lo que creamos y, fundamentalmente, cómo convivimos.

 

 

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