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Nueva tendencia.

Acerca de los desafíos para aprovechar la electromovilidad.

Se indica que como todo cambio que trae oportunidades, la electromovilidad implica grandes desafíos de carácter regulatorio para Chile que debe prepararse para abordarlos puesto que solo de esa manera podrá gozar de los múltiples beneficios.

13 de enero de 2018

En una reciente publicación, se da a conocer el artículo “Desafíos para aprovechar la electromovilidad”.
Se sostiene que hace no muchos años atrás la electromovilidad era una tendencia que se veía muy lejana, que avanzaba a paso lento. Sin embargo, el vertiginoso desarrollo tecnológico de los últimos años ha permitido que los tan anhelados vehículos eléctricos sean hoy una realidad.
A continuación, se afirma que entre el año 2010 y 2016 el crecimiento anual de los vehículos eléctricos ha promediado un 133% y se espera que dicho ritmo se incremente en el tiempo de tal forma que en un plazo de dos décadas sus ventas estarían superando a las de los autos convencionales de combustión interna.
El documento plantea que esta situación supone grandes oportunidades para el mundo, principalmente gracias a la contribución de esta nueva industria en términos ambientales y, adicionalmente, para el caso específico de Chile, representa una oportunidad debido al impulso que esta tendencia tendrá sobre el litio.
No obstante, se agrega, estas nuevas posibilidades que se abren conllevan una serie de desafíos de carácter regulatorio que terminarán por determinar si estamos capacitados o no para enfrentarlas de buena manera.

Desarrollo de la electromovilidad

El texto expone que a primera vista, los 2 millones de vehículos eléctricos contabilizados alrededor del mundo a fines del año 2016 parecen ser una porción insignificante en relación a la cantidad de autos a combustión interna que hoy en día existen.
Sin embargo, se espera que la tendencia siga escalando hasta un rango de entre 9 y 20 millones de ventas al año 2020.
Este sostenido crecimiento de las ventas de los autos eléctricos, se explica, responde a las mejoras tecnológicas de sus baterías que han permitido una mayor autonomía, menores tiempos de carga y, lo más importante, una notable reducción de sus costos. Las baterías de ion-litio, que representan un tercio del valor de este tipo de automóviles, han disminuido su precio en un 73% desde 2010 y se espera que la innovación en esta materia se siga acelerando, con lo que los precios disminuirían de tal forma que al año 2025 se produciría una paridad en los precios con respecto a los vehículos convencionales.

Oportunidades y desafíos para Chile

El documento detalla que en Chile hasta junio de 2017 se contabilizaban cerca de 157 autos eléctricos vendidos, de los cuales más de un tercio fueron adquiridos durante la primera mitad de dicho año. Estas cifras indican que si bien esta industria aún es incipiente, sigue una tendencia creciente año a año lo que traerá consigo grandes oportunidades pero también grandes desafíos de política pública.
De acuerdo al texto estos son, en primer lugar, surgen los requerimientos regulatorios para que esta nueva forma de movilización pueda desarrollarse bajo las condiciones adecuadas y permitiendo además el avance en la infraestructura necesaria, como son los puntos de carga públicos y la capacidad de reciclado de baterías.
Otro elemento, se añade es tener en consideración la necesidad de disponer de una red eléctrica suficiente, eficiente y moderna, que permita, entre otras cosas, satisfacer los mayores requerimientos de energía eléctrica que probablemente se concentrarán en horas peak. En ese sentido, son múltiples los desafíos para el segmento de la distribución eléctrica, que próximamente sufrirá modificaciones legislativas.
Por último, se agrega, que un gran desafío se asocia a la regulación que aplica a la explotación del litio que, como es bien sabido, evidenciará un fuerte aumento en su demanda debido a su rol protagónico en la producción de baterías requeridas por estos nuevos vehículos. Lo anterior representa una gran oportunidad para Chile que cuenta con grandes reservas y con ventajas competitivas para explotar el litio. Sin embargo, Chile no es el único país con reservas disponibles en el mundo. Australia, Argentina, China, EE.UU., Canadá y otros tienen producciones importantes y reservas no menores.
Finalmente se concluye que la transición hacia la electromovilidad traerá consigo grandes avances en términos ambientales y económicos, al atacar una de las mayores fuentes de contaminantes tanto globales como locales y al implicar grandes avances en eficiencia energética. Pero como todo cambio que trae oportunidades, la electromovilidad implica grandes desafíos de carácter regulatorio para Chile que debe prepararse para abordarlos puesto que solo de esa manera podrá gozar de los múltiples beneficios que vienen aparejados con el desarrollo de esta nueva tendencia que llegó para quedarse. Fuente:www.lyd.cl

 

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