El Juzgado Penal 1 de Arenys de Mar (Barcelona) condenó a dos años y medio de inhabilitación al dueño de un bar en la zona de la comarca del Maresme que echó a cinco clientes por ser negros.
El Tribunal considera que C.E.F. ha cometido cinco delitos contra los derechos fundamentales y las libertades públicas en concurso ideal, previstos y penados por el artículo 512 del Código Penal.
Así, el Tribunal concluye que atentó contra la dignidad de los cinco clientes y le impone una inhabilitación de dos años y medio para el ejercicio de profesión, oficio, industria o comercial en el ámbito docente, deportivo y de tiempo libre.
Además lo ha condenado a indemnizar con 300 euros a cada una de las víctimas, por los perjuicios causados.
Sobre los acontecimientos
Estos se remontan al 15 de mayo de 2016. El Tribunal considera probado que C.E.F. pidió a un cliente, que estaba en la terraza junto a otras cuatro personas, que entrara, y con“manifiesto desprecio a su raza”, según la juez, le manifestó: “No quiero negros aquí”.
Este cliente regresó entonces con sus compañeros, a quienes les comunicó que debían abandonar el establecimiento y, al ir otro de ellos a pedir explicaciones, el dueño del bar insistió que no quería “negros en el local”.
Algunas de las víctimas señalaron en el juicio que aquello les “dolió muchísimo”, que se sintieron ofendidos de que les echaran del bar.
La juez considera que las declaraciones de los afectados han sido claras, coherentes y persistentes para probar las acusaciones, y que han sido corroboradas por las de los Mossos d’Esquadra que acudieron al bar posteriormente, ya que el acusado también les manifestó que les echaba “por su color de la piel”.
Por el contrario, subraya que resultan “inverosímiles” los argumentos exculpatorios del condenado, que alegó que se trató de un malentendido idiomático porque él es argentino y los afectados no hablaban bien castellano.
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