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CIDH publica nuevo informe sobre violencia policial contra la población afrodescendiente en Estados Unidos.

El texto analiza el problema persistente de la discriminación estructural contra las personas afrodescendientes en Estados Unidos y, en particular, la profunda disparidad racial en lo que respecta a la labor policial y al sistema de justicia penal.

19 de marzo de 2019

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) publica un informe sobre la violencia policial contra la población afrodescendiente en Estados Unidos.
El informe African-Americans, police use of force, and human rights in the United States analiza el problema persistente de la discriminación estructural contra las personas afrodescendientes en Estados Unidos y, en particular, la profunda disparidad racial en lo que respecta a la labor policial y al sistema de justicia penal.
De acuerdo con su mandato de monitorear y promover los derechos humanos en los Estados Miembros de la Organización de los Estados Americanos, la Comisión ha elaborado este informe basándose en datos obtenidos del Estado, de organizaciones de la sociedad civil y de víctimas de la violencia policial en varias audiencias públicas, celebradas desde 2014 y que abordaron temas relativos al racismo en la actividad policial y en la justicia penal en Estados Unidos; en información obtenida en 2015, durante una visita a los estados de Florida, Luisiana y Misuri; en información recabada a través del sistema de peticiones y casos de la CIDH; en comunicados de prensa y en otras fuentes de información pública, incluido el Estado; en informes de mecanismos de las Naciones Unidas; y en datos aportados por la sociedad civil y los medios de comunicación.
Según la CIDH, este informe evalúa el panorama actual de la labor policial y la justicia penal, teniendo en cuenta la situación histórica relativa al racismo y la discriminación en Estados Unidos y destacando el carácter estructural de la discriminación y la necesidad correspondiente de llevar a cabo reformas sistémicas, para hacer plenamente frente a los abusos del pasado y garantizar que no se repitan.
En este informe, la Comisión analiza la información recibida sobre una labor policial excesivamente minuciosa y la identificación de sospechosos basada en su raza; la militarización de las fuerzas policiales; el uso excesivo de la fuerza por parte de la policía; la impunidad de muchos casos de muerte a manos de la policía; las respuestas policiales ante las protestas; la disparidad racial de detenciones, condenas y sentencias relacionadas con procesos penales; y las consecuencias de por vida de las privaciones de libertad y las condenas por delitos graves.
A continuación, la Comisión destaca que las disparidades raciales que afectan al sistema de justicia penal están generalizadas y representan una clara amenaza para los derechos humanos de las personas afroamericanas, incluidos sus derechos a la vida, la integridad personal, la no discriminación y el debido proceso. La Comisión considera asimismo que la discriminación en la actividad policial y en la justicia penal en Estados Unidos no se pueden separar de la estigmatización social y el discurso de odio, de la violencia ejercida por individuos a título privado, de la persistente pobreza racializada y de la discriminación interseccional, ya que todos esos elementos también se enmarcan en una situación estructural de discriminación y de racismo. Estas cuestiones se examinan en el informe desde la perspectiva de los derechos humanos, teniendo en cuenta las obligaciones que tienen los Estados según el derecho internacional.
“En este informe, la Comisión analiza las disparidades raciales en los sistemas policial y de justicia penal en su conjunto y hace referencia a las obligaciones internacionales de Estados Unidos en lo que respecta a la no discriminación, el uso de la fuerza y el acceso a la justicia. Con este informe, esperamos brindar al Estado directrices para mejorar su sistema de obtención de datos, reformar su legislación y revertir la militarización de su sistema policial”, señaló la Comisionada Margarette May Macaulay, Relatora sobre los Derechos de las Personas Afrodescendientes y contra la Discriminación Racial de la CIDH.
La Comisión reconoce los esfuerzos que el Estado ha hecho hasta la fecha para hacer frente a las prácticas policiales discriminatorias, al uso excesivo de la fuerza y a la impunidad, entre otros desafíos. Anima al Estado a mantener esos esfuerzos. La CIDH reitera que está abierta al diálogo con el Estado y dispuesta a brindar asistencia técnica en apoyo del proceso de cumplimiento de las recomendaciones plasmadas en este informe, para avanzar hacia la protección de los derechos humanos de la población de Estados Unidos.
Por último, la CIDH agradece al Estado su compromiso con la Comisión en este ámbito y el hecho de que facilitara la visita a Estados Unidos. Agradece asimismo a miembros de la sociedad civil, representantes del ámbito académico, víctimas de la violencia y la discriminación racial de la policía y familiares de esas víctimas por su disposición a compartir información y a colaborar en la búsqueda de soluciones a este problema de derechos humanos profundamente arraigado.
El informe  se ha publicado con el apoyo del Estado francés y está disponible en el sitio web de la Comisión.

 

Vea informe

 

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