En una reciente publicación del Instituto Libertad y Desarrollo se da a conocer el artículo “Desempleo en punto de quiebre”.
LyD recuerda que este viernes, el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) reportó la tasa de desocupación nacional para el trimestre móvil diciembre 2018-febrero 2019, alcanzando un 6,7%.
Este resultado, comenta LyD, es más bajo que lo observado en el trimestre móvil anterior e idéntico a lo reportado hace un año atrás en igual período. Este guarismo es mejor de lo esperado, ya que en los anteriores 16 trimestres móviles existía sistemáticamente más desempleo que en el año previo y esa brecha se cierra en esta medición.
La fuerza de trabajo, expone, creció 0,6% en 12 meses, lo que es bastante menor que el promedio observado durante el año pasado en donde la cantidad de personas que deseaban participar en el mercado del trabajo se expandía en 1,7% anual.
De hecho, añade, en el primer semestre de 2018 dicha variable aumentó en más de 2%. En el caso de los hombres, la variación fue de 0,3%, mientras que para las mujeres el mayor deseo de trabajar exhibe una expansión de 0,9%.
Tenemos así, dice LyD, una fuerza de trabajo que modera su incremento, lo cual puede ser explicado tanto por la declinación de la marea migratoria hacia Chile como la expectativa de que el mercado del trabajo está algo menos dinámico de lo esperado.
A continuación, indica que los ocupados por su parte crecieron en 0,5%, cifra parecida a lo registrado en las últimas tres mediciones previas, siendo similar el incremento de ocupados en hombres (0,5%) y el de mujeres (0,6%).
De todas maneras, arguye, este crecimiento del empleo es inferior al detectado en los registros administrativos del sistema de pensiones, en relación a los nuevos cotizantes, y es así que para el período octubre diciembre 2018, los asalariados según el INE habrían crecido en 1,9%, mientras que según el registro administrativo lo habrían hecho en 3,5%.
A continuación, LyD puntualiza que cuando se observa la serie histórica de ambas mediciones, se aprecia bastante convergencia hasta el año 2015 y de allí en adelante se abre una brecha en donde el reporte del INE exhibe menos creación de empleos en el mercado formal que lo registrado por la burocracia del mercado del trabajo.
La actualización que está realizando el INE del marco muestral, asegura, solucionará este problema, que fue generado por el fuerte shock migratorio observado entre 2015 y 2018. Basta recordar que en 2015 había 465 mil inmigrantes y en el 2018 llegaron a 1,25 millones de personas. Fueron cerca de 800 mil personas que ingresaron a Chile en menos de 3 años, ante lo cual no existe ninguna encuesta de hogares que sea capaz de incorporar dicha información de manera inmediata.

LA RELACIÓN ENTRE CRECIMIENTO ECONÓMICO Y EMPLEO

El texto explica que el crecimiento económico se sustenta en a lo menos tres pilares: mayor ocupación, mayor inversión y mayor productividad, por lo cual es posible analizar la relación que tienen cada uno de los pilares para lograr que la economía logre sustentar un crecimiento vigoroso.
Esto, agrega, ha llevado a estudiar justamente la relación entre la cantidad total de personas trabajando y el incremento del PIB. Durante el primer gobierno del presidente Piñera se crearon 969 mil nuevos empleos, lo que implicó un aumento de 14%, mientras que el PIB, se expandió en un total de 23,1%. De esta manera, se podría estimar que la elasticidad empleo-PIB habría sido de 0,6, es decir por cada 1% que creció el PIB el empleo lo hizo en 0,6%. Este resultado es consistente con lo observado en otros períodos de tiempo y otras economías de similar estructura productiva.
Luego, LyD señala que se puede observar la evolución del empleo y del PIB trimestral desde el año 2011 hasta el último trimestre del año pasado. Durante el primer semestre del año 2011 hubo expansiones de PIB y empleo superiores a 6%, impulsado por la frenética tarea de reconstrucción, para luego comenzar a un ritmo más cercano a 5% con la consiguiente moderación en la creación de empleo.
De todas maneras, detalla, el shock de alto crecimiento de 2010-2011 llevo a la economía a una situación cercana a pleno empleo en el 2012, en donde una importante restricción para nuevas obras de inversión era la falta de mano de obra. Esto cambia radicalmente durante el segundo gobierno de la presidenta Michelle Bachelet, con un crecimiento económico de 1,8% y en donde el aumento de empleo correspondió principalmente a ocupaciones informales, sin seguridad social ni contrato de trabajo.
En la actualidad, asevera LyD, la economía ha recuperado el ritmo de expansión, habiéndolo hecho en 4% durante el año pasado; sin embargo, como se observa, la creación de empleo no parece haber reaccionado como se habría esperado y de hecho en los últimos meses estaría aumentando a un ritmo inferior al registrado hace un año atrás. Esta inconsistencia se produce por la desactualización del marco muestral por el shock migratorio, y se irá corrigiendo paulatinamente durante el presente año. Es probable, como lo mostró una medición piloto que realizó el INE, que la tasa de desocupación sea más baja que la reportada, de que el crecimiento del empleo total sea mayor al reportado por la encuesta y, como resultante, que la tasa de desempleo sea inferior a la que observamos actualmente.
Por último, LyD concluye que la tasa de desocupación del trimestre diciembre 2018-febrero 2019 cerró la brecha que tenía respecto a lo registrado un año atrás. Durante 16 trimestres móviles consecutivos la desocupación informada era mayor que la del año previo. Ello llegó a su fin ya que la tasa de desocupación de 6,7% es igual que la de hace un año atrás. La diferencia entre los registros administrativos y lo obtenido por la encuesta del INE en relación a la creación de empleos es significativa, ya que en el último trimestre del 2018 el empleo asalariado habría crecido en 1,9% según la encuesta y en 3,5% de acuerdo al registro administrativo. Esta última cifra está más acorde con la aceleración del crecimiento del PIB. Hay una estrecha relación entre crecimiento económico y creación de empleos, por lo cual la necesidad de avanzar en reformas estructurales como la tributaria, previsional y laboral son fundamentales para que el crecimiento de Chile se estabilice en torno a 4% y, con ello, el empleo y las remuneraciones crezcan de manera vigorosa.

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