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Imagen: Cronicón.
Medioambiente.

Comisión Interamericana de Derechos Humanos reconoce que el cambio climático es una emergencia de derechos humanos.

Los Estados deben consultar y buscar el consentimiento de las personas cuyos derechos pudieran ser violentados por programas y proyectos que impliquen riesgo de daño ambiental significativo.

7 de marzo de 2022

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), reconoció que el cambio climático es una emergencia de derechos humanos y constituye una de las mayores amenazas para todas las especies que habitan el continente.

La Comisión afirmó que la explotación desmedida de la naturaleza para satisfacer el creciente patrón de consumo a nivel global ha ocasionado la transgresión de ciertos límites planetarios que fijan un umbral bajo el cual los procesos biofísicos del sistema Tierra operan de forma segura para la humanidad. Añade que, el clima, la integridad de la biosfera, los flujos biogeoquímicos y el cambio en el uso de la tierra, son los procesos esenciales que se encuentran fuera del límite de operación segura.

En ese sentido, advierte que la integridad en la biósfera y la estabilidad climática están íntimamente relacionadas, pues cambios en los patrones meteorológicos pueden tener efectos devastadores para la salud de los ecosistemas, lo que pone en riesgo el ejercicio pleno de los derechos de las personas, toda vez que los derechos humanos están directamente relacionados con el cambio climático.

Asimismo, la CIDH recuerda que, la pérdida de bosques nativos trae consigo diferentes problemas como la modificación en ciclos de nutrientes, alteraciones al régimen hidrológico, disminución de la capacidad de retención e infiltración del agua, aumento de erosión y sedimentación de suelos, sequía, entre otros, que afectan la calidad de vida de todos los habitantes. Por ello, destaca la importancia de los derechos a la participación, información y a la justicia en materia medioambiental y el rol fundamental de las personas, pueblos, comunidades, movimientos y grupos defensores de derechos humanos ambientales en la construcción de políticas y metas climáticas ambiciosas y en la protección de ecosistemas estratégicos en la lucha contra el cambio climático.

La Comisión destacó el rol de las Instituciones Nacionales de Derechos Humanos y otros organismos de control de los Estados, pues desempeñan un papel muy importante para garantizar que los Estados y otros actores no estatales, tales como las empresas, adopten medidas que desaceleren las consecuencias negativas del cambio climático; y que los Estados dediquen el máximo de recursos disponibles a la adopción de medidas destinadas a mitigarlo, ya que estos son los llamados a adoptar medidas para limitar la emisión antropogénica de gases de invernadero, que también atañe a la obligación de regular las actividades y políticas que la produce, a fin de prevenir al máximo los posibles efectos en los derechos de las personas.

En definitiva, la CIDH resolvió que los Estados deben adoptar y aplicar las políticas encaminadas a reducir emisiones de gases efecto invernadero, tomar medidas apropiadas para garantizar que las personas y comunidades afectadas por abusos y violaciones de sus derechos humanos producidas bajo su jurisdicción puedan acceder a mecanismos de reparación efectivos, lo que incluye la rendición de cuentas de las empresas y la determinación de su responsabilidad penal, civil o administrativa.

 

Vea texto de la resolución.

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