El Parlamento de Portugal aprobó la Ley de Eutanasia con 129 votos favor, 81 en contra y 1 abstención, tras dos vetos presidenciales y dos fallos del Tribunal Constitucional. De este modo se pone fin a un arduo debate que duró alrededor de seis años, en que el gobierno mostró una férrea oposición para evitar que el proyecto se convirtiera en ley.
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La discusión comenzó en 2017, cuando un grupo de parlamentarios presentó cuatro propuestas para despenalizar la muerte médicamente asistida, las cuales fueron rechazadas. No obstante, en 2021 la despenalización de la eutanasia fue aprobada por el parlamento, lo que motivó que el gobierno sometiera el proyecto a la revisión del Tribunal Constitucional. Tras sortear dos vetos y una serie de modificaciones, el proyecto finalmente fue aprobado por cuarta vez.
La normativa establece que solo pueden optar a la eutanasia los mayores de edad que acrediten un “sufrimiento de gran intensidad, con lesión definitiva de gravedad extrema o enfermedad grave e incurable”. En este sentido, permite que sea aplicada a los enfermos que sean físicamente incapaces que sean portugueses y que tengan residencia en el país.
El gobierno anunció que en esta oportunidad no vetará la Ley, puesto que la Constitución Política de Portugal establece que los proyectos aprobados con una mayoría superior a 116 diputados no pueden ser vetados, tal como ocurrió en este caso.
“Yo juré por la Constitución. La Constitución obliga al Presidente a promulgar una ley que él vetó y que fue ratificada por la Asamblea de la República… es mi deber constitucional”, lamentó Marcelo Rebelo de Sousa, presidente de Portugal.