El presidente de la Corte Suprema de Ucrania, Vsevolod Kniazev, fue detenido en el marco de una investigación por el presunto pago de $2,7 millones de dólares, que habría recibido como soborno de parte de un empresario, a través de un bufete de abogados que actuó como intermediario.
Según las autoridades anticorrupción, Kniazev recibió pagos de Kostiantyn Zhevago, multimillonario ucraniano residente en Francia que esperaba sobornar a la Corte Suprema para obtener un fallo favorable en un litigio contra accionistas de una empresa minera. Zhevago ha sido acusado de diversos delitos, entre ellos lavado de dinero y malversación de fondos, por lo que Ucrania ha solicitado sin éxito su extradición.
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Ucrania ha experimentado graves problemas de corrupción desde hace décadas, tal como lo reflejan los rankings internacionales sobre la materia. Es por ello que el gobierno ha anunciado medidas para combatirla, como el fortalecimiento de los organismos especializados en este tipo de delitos, entre los que se encuentra la Fiscalía Especializada Anticorrupción y la Oficina Nacional Anticorrupción.
“Este es el caso más grande de la historia que implica al poder judicial. Usted ve que estamos mostrando a través de casos reales, hechos reales, cuál es nuestra prioridad: es la corrupción superior, es la organización criminal en los niveles más altos del poder”, señaló a los periodistas Semen Kryvonos, director de la Oficina Nacional Anticorrupción.
En cualquier caso, las autoridades europeas han señalado en repetidas ocasiones que el apoyo que han brindado a Ucrania, y su eventual futuro ingreso a la Unión Europea, estará supeditado a que el país de muestras claras de no estar dispuesto a tolerar los actos de corrupción.
“A medida que las conversaciones de la UE se aceleran junto con el apoyo financiero de Occidente, Ucrania debe demostrar que no se tolerará la corrupción, incluso si las personas son funcionarios de alto rango en Ucrania”, espetó Lukas Andriukaitis, miembro del Consejo Atlántico.