El Supremo Tribunal Federal de Brasil condenó a 8 años y 10 meses de cárcel a Fernando Collor de Mello, expresidente del país que gobernó entre 1990 y 1992, por los delitos de corrupción pasiva y lavado de dinero. La decisión fue acordada con 8 votos a favor y 2 en contra, reduciéndose sustancialmente la pena de 33 años de cárcel propuesta inicialmente.
Según los hechos acreditados, mientras era senador (2010-2014) recibió 20 millones de reales (unos 4 millones de dólares) a cambio de brindar apoyo político a altos ejecutivos de una empresa estatal que buscaban mantenerse en sus cargos. Del mismo modo, utilizó su influencia para beneficiar a un empresario amigo que suscribió contratos fraudulentos con el Estado.
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Si bien fue condenado a prisión, comenzará el cumplimiento de su pena en régimen inicial cerrado, y dada su avanzada edad (73 años) permanecerá en libertad hasta que su defensa agote los recursos procesales disponibles para impugnar el fallo. También deberá pagar una multa de unos 450 salarios mínimos (120.000 dólares, aproximadamente)
Collor fue una figura destacada dentro de la política brasileña. Se convirtió en el primer mandatario elegido por sufragio universal después del régimen militar que gobernó el país durante décadas, siendo el político más joven en asumir la presidencia de Brasil. Sin embargo, en 1992 fue obligado a dimitir en medio de un impeachment parlamentario, a raíz de las numerosas acusaciones de corrupción que pesaban sobre su gobierno.
“Quedó acentuada la culpabilidad de Collor por haber cometido delitos durante su mandato, ya investido de la confianza del electorado. El hecho de que el excongresista utilizara su influencia política en beneficio de intereses económicos particulares también influyó en el aumento de la pena”, señaló el Supremo Tribunal en un comunicado.