Los menores constituyen casi cuatro de cada diez víctimas de la trata en todo el mundo, pero es probable que el número real de jóvenes atrapados en esta práctica ilegal sea mucho mayor. Así lo advirtió la representante especial del Secretario General de las Naciones Unidas sobre la violencia contra los niños, Najat Maalla M’jid, durante la presentación de un nuevo informe ante el Consejo de Derechos Humanos en Ginebra.
Maalla M’jid señaló que los traficantes están aprovechando rápidamente los avances tecnológicos y las situaciones de emergencia para aumentar la explotación infantil. Además, destacó que los menores, principalmente las niñas, son cada vez más vulnerables debido a factores como la pobreza, la inseguridad alimentaria, las crisis humanitarias y los conflictos, que generan desplazamientos y violencia, los cuales son algunos de los principales motores del tráfico ilegal de personas.
“Las condenas por tráfico de menores siguen siendo bajas y los autores continúan gozando de impunidad. La corrupción, el estigma, el miedo y la falta de protección limitan la capacidad de los niños para denunciar y buscar justicia”, expresó Maalla M’jid.
Este delito, aunque sigue siendo de bajo coste y bajo riesgo, se ha convertido en una actividad altamente rentable que genera miles de millones de dólares al año. La representante de la ONU también subrayó que las redes de trata están creciendo rápidamente y cada vez están mejor organizadas, empleando incluso inteligencia artificial para reducir los gastos y disminuir la probabilidad de ser detectados.
El informe también advirtió sobre la creciente demanda de servicios de explotación infantil, que incluyen la explotación sexual, la esclavitud doméstica, el matrimonio infantil, el reclutamiento en grupos armados, la mendicidad forzosa y la participación en actividades delictivas.
Por su parte, Virginia Gamba, representante especial de la ONU para los niños atrapados en conflictos, destacó que más de uno de cada seis menores en el mundo vive en zonas de conflicto. Gamba hizo un llamado a todos los Estados a desarrollar políticas eficaces que protejan a los niños, permitiéndoles crecer en un entorno pacífico y seguro.
El peligro de las neurotecnologías y la urgencia de una regulación
En la misma sesión del Consejo, Ana Nougrères, relatora especial sobre el Derecho a la Intimidad, alertó sobre los peligros de las neurotecnologías, que aunque ofrecen grandes beneficios para la salud, también podrían ser utilizadas para violar la privacidad y manipular los pensamientos y emociones de las personas. Durante la presentación de su informe, Nougrères destacó que estos dispositivos podrían permitir la recolección de neurodatos, información altamente personal derivada directamente del sistema nervioso, con fines malintencionados.
“La neurotecnología tiene la capacidad de descodificar la actividad cerebral, permitiendo el acceso a los pensamientos y emociones más íntimos de un individuo. Sin las salvaguardias adecuadas, esto podría conducir a una vigilancia no autorizada o incluso a la coacción”, afirmó Nougrères.
La experta subrayó la necesidad de una respuesta reguladora urgente para garantizar que estas tecnologías no se utilicen de manera que infrinja los derechos humanos y los valores fundamentales de dignidad, privacidad, autonomía y agencia. La relatora también hizo un llamado a los Estados a implementar salvaguardias para evitar lo que ella denominó el “robo de cerebros”, un fenómeno en el que dispositivos neuronales podrían ser utilizados para rastrear o incluso manipular la experiencia mental de una persona, afectando su libertad de pensamiento y su integridad mental.
El informe advierte que, a pesar de los beneficios potenciales de las neurotecnologías para tratar enfermedades como el Alzheimer, el Parkinson, la esquizofrenia y la depresión, el abuso de estas herramientas podría transformar la manera en que los gobiernos o actores malintencionados manipulan la vida de las personas, erosionando su autonomía personal y control sobre su propio cuerpo y mente.
Así, mientras las Naciones Unidas y expertos internacionales hacen un llamado a una mayor protección para los menores víctimas de trata, también subrayan la urgencia de regular las neurotecnologías, para que sus avances no pongan en riesgo los derechos fundamentales de la humanidad.