Según un informe publicado por la ONG Amnistía Internacional, más de quinientas personas residen actualmente en campamentos informales situados en el norte de Ghana (África). La mayoría de estas personas son mujeres de entre 50 y 90 años que han sido acusadas de brujería, lo cual ha provocado el desplazamiento de las comunidades de origen.
El documento, titulado “Marcadas de por vida: Cómo las acusaciones de brujería conducen a violaciones de los derechos humanos de cientos de mujeres en el norte de Ghana”, recoge testimonios de personas que afirman haber sido expulsadas por vecinos o familiares tras haber sido señaladas como presuntas responsables de enfermedades, muertes o fenómenos oníricos. Algunos casos documentan agresiones físicas previas al traslado a los campamentos.
Dichos campamentos, cuatro en total según el informe, se encuentran bajo supervisión de líderes religiosos locales y ofrecen alojamiento básico. No obstante, los residentes declaran carecer de acceso adecuado a servicios esenciales como alimentación, atención médica, agua potable, vivienda segura u oportunidades económicas.
El informe señala que el Estado no proporciona asistencia específica a las personas desplazadas por estas causas ni ha implementado programas de reintegración social. Además, se indica que en julio de 2023 el Parlamento de Ghana aprobó una modificación de la Ley de Delitos Penales de 1960, con el fin de tipificar penalmente las acusaciones de brujería y los abusos asociados. Sin embargo, el entonces presidente de la República declinó promulgar la normativa, alegando deficiencias procedimentales.
Amnistía Internacional ha solicitado al actual gobierno que retome la tramitación de la legislación correspondiente y que adopte medidas estructurales orientadas a la protección de los derechos fundamentales de las personas afectadas. Entre las recomendaciones figuran la aprobación de normas penales específicas, la clausura progresiva de los campamentos con apoyo institucional para las residentes, el acceso a la justicia, y campañas de sensibilización prolongadas en el tiempo.
Los nombres de las personas entrevistadas han sido modificados en el informe con el objetivo de proteger su identidad, conforme a los estándares internacionales en esta materia.