El domingo 19 de junio de 2022 se llevó a cabo la segunda vuelta presidencial en Colombia. Fueron 22.658.670 electores los que decidieron su futuro político en las urnas. Gustavo Petro, candidato del Pacto Histórico, alcanzó el 50.44% de los votos frente al 47.31% obtenido por Rodolfo Hernández, candidato de la Liga de Gobernantes Anticorrupción. De ese modo, Petro se convierte en el primer presidente de izquierda en llegar al poder en Colombia, y lo hace de la mano de Francia Márquez, su vicepresidenta, la primera afroamericana en ocupar el segundo cargo político más importante en dicho país.

La izquierda llega al poder

Petro, luego de haber sido guerrillero del M-19, y de impulsar y firmar la desmovilización de la guerrilla, junto a los partidos Polo Democrático y Colombia Humana, se convierte en el primer presidente de izquierda en llegar al poder. Este no es un dato intrascendente teniendo en cuenta que se trata de un país que durante la segunda mitad del siglo XX vivió en carne propia la lucha entre grupos guerrilleros y paramilitares. Es más, fue justamente su pasado guerrillero el motivo de las críticas más duras que recibió durante la campaña. Sin embargo, los electores parecen haber valorado positivamente su trayectoria política de más de 30 años y su destacado paso por la alcaldía de Bogotá, la Cámara de Representantes y el Senado de la República.

Los errores del rival

A casi un mes de la segunda vuelta, todo parecía indicar que Hernández lograría atraer todos los votos de la derecha. En otras palabras, Hernández contaba con los 5 millones de votos obtenidos por Federico Gutiérrez en la primera vuelta. ¿Qué pasó? Según Sebastián Jiménez, periodista de CNN, durante las últimas tres semanas, Hernández emitió una serie de declaraciones buscando desmarcarse del uribismo -es decir, de los votantes que apoyan al ex presidente Uribe, líder del Partido Centro Democrático del actual presidente Iván Duque- y de otros sectores conservadores. Al parecer, esta “estrategia” terminó alejándolo de los votantes considerados como seguros, razón por la cual perdió miles de votos de ese bolsón de 5 millones que aparentemente alcanzaría.

En ese mismo sentido, otros analistas consideran que Petro tuvo una organización electoral/territorial mucho más estructurada que Hernández. Mientras este último se concentró en las redes sociales y el movimiento ciudadano de las grandes ciudades (especialmente Bogotá y Medellín), el equipo de campaña de Petro también se ocupó de los electores residentes en las zonas más apartadas de los centros urbanos. Es más, se sabe que muchos de estos electores recibieron apoyo logístico de parte del equipo de Petro para que puedan llegar a votar. Eso terminó marcando una notable diferencia en una elección que se venía disputando voto a voto.

Sumado a ello, durante la segunda vuelta, Hernández recibió críticas por dos materias que los analistas consideraron fundamentales, sobre todo por el estrecho margen que había entre ambos candidatos en el que cada voto cuenta: a) Su renuencia a participar en debates (por lo que muchos electores consideraron que no estaba preparado para ser presidente); y b) Sus declaraciones polémicas sobre la mujer y la comunidad LGTBI (por las que fue calificado como machista, sexista y misógino).

Los ejes del nuevo gobierno y el diálogo

Petro en su discurso de victoria ha señalado que los tres ejes de su Gobierno serán los siguientes: la paz, la justicia social y la justicia ambiental. Además, señaló que recorrerá el país promoviendo el diálogo regional como base “para construir las reformas que requiere Colombia para poder convivir en paz”. En esa línea, Petro hizo un llamado a un “gran acuerdo nacional por la paz” como único camino para alcanzar el desarrollo.

¿Por qué es importante este diálogo? Porque según el propio Petro, “las elecciones mostraron dos Colombias, casi gemelas en términos de votos, pero que deben ser una en medio de su diversidad”. Eso, en palabras de Petro, significa que “los 10 millones de votos de Hernández son bienvenidos en su Gobierno”, pero también que es importante reconocer la presencia del voto de los jóvenes y de las mujeres que han terminado por darle la victoria y que reflejan el rostro de una Colombia diversa cuyas demandas deben ser atendidas. Por eso, afirma Petro, su Gobierno se compromete a no caer en la persecución política ni jurídica de los opositores, sino en el respeto y el diálogo entre todos los colombianos.

La importancia de Francia

Según refieren los analistas, Petro tuvo el tino de llevar como compañera de fórmula a Francia Márquez. Ella se convierte en la primera vicepresidenta negra de Colombia. Sobre este punto es importante recordar que, aunque en Colombia existe la denominada circunscripción electoral especial para las personas afrodescendientes es la primera vez -como ya lo señalamos- que una persona negra ocupa el segundo cargo político más importante de dicho país.

Recordemos que Márquez fue la tercera candidata más votada en las primarias de marzo. Así, luego de ser elegida como compañera de fórmula de Petro se dedicó a recorrer todo el país con la finalidad -ese era su lema- de hacer visibles a las mujeres violentadas y a las víctimas de la violencia -en todas sus formas- de Colombia. Esta estrategia, sumada a la mejor organización electoral/territorial del Pacto Histórico, terminó por inclinar la balanza a favor de Petro en la segunda vuelta pues logró movilizar a cientos de electores que no habían acudido a las urnas en la primera vuelta.

Reducción del ausentismo y fortalecimiento institucional

A propósito de la importancia de Márquez en la segunda vuelta para movilizar al electorado y lograr que vayan a votar el día de la elección, resulta importante destacar que el índice de participación subió de un 54.91% en la primera vuelta a un 58.07% en la segunda vuelta. Del mismo modo, el índice de ausentismo descendió del 45.09% en la primera vuelta a un 41.93% en la segunda vuelta.

Se trata, como marcan las estadísticas oficiales, de una participación histórica que ha llevado a Petro a la presidencia, nunca antes vista en un país que tiene voto voluntario. Del mismo modo, es importante señalar que la jornada electoral se desarrollo sin sobresaltos y que el candidato perdedor fue el primero en reconocer la derrota y la transparencia del proceso electoral. Eso quiere decir, según el analista Torrijos, que luego de este proceso electoral “la democracia colombiana sale muy fortalecida, pues no hay ningún síntoma de violencia o golpe de Estado”.

¿Quién liderará la oposición? 

Es la pregunta que diversos medios colombianos se formulan. Si bien Hernández asumirá un puesto en el Senado su poca experiencia en el campo político hace que se tengan dudas sobre su capacidad para liderar y consolidar a la oposición en el Parlamento. A eso debe sumarse el duro golpe electoral que ha sufrido el uribismo en las últimas elecciones y el que en la derecha no hayan surgido -en los últimos años- nuevos liderazgos capaces de replicar el desempeño del ex presidente Uribe o del actual presidente Duque.

Por último, es importante destacar, como lo han hecho las diversas Misiones de Observación Electoral que han monitoreado estas elecciones, la destacada labor llevada a cabo por la Organización Electoral de Colombia compuesta por sus dos organismos electorales: la Registraduría Nacional y el Consejo Nacional Electoral, por haber organizado un proceso electoral limpio, transparente y competitivo. Del mismo modo, es menester reconocer la participación y el comportamiento cívico de los más de 22 millones de electores que decidieron democráticamente el futuro de Colombia depositando su voto en las urnas, recordándole a América Latina que allí donde el sufragio es un derecho las grandes transformaciones y la paz nacen y se consolidan en las urnas. (Santiago, 1 julio 2022)