El acuerdo del Consejo Nacional del Colegio de Periodistas de Chile en orden a prestar su apoyo oficial a la candidatura presidencial del candidato Gabriel Boric y la declaración que lo acompaña resultan altamente improcedentes puesto que transgreden la Carta de Ética de la Organización, que no da cabida a discriminaciones ideológicas; rompe la necesaria imparcialidad política que debe caracterizar a las asociaciones gremiales por respeto a la diversidad de pensamiento de sus afiliados; y defrauda la independencia y objetividad que los ciudadanos esperamos de quienes ejercen el delicado e importante oficio de informarnos, que esperamos sea cumplido en forma oportuna, veraz y sin sesgos de compromiso político.
Por otra parte, este desafortunado acuerdo del Consejo de la Orden — que adhiere entusiastamente al programa del candidato del PC-FA, incluso en aquello de “democratizar las comunicaciones”, y que con un lenguaje claramente comprometido y una llamativa presentación gráfica llama a votar por él — permite dar pie a quienes hace ya mucho rato vienen denunciando la abierta izquierdización de una buena parte del periodismo chileno, su militante compromiso ideológico con ese sector y una completa pérdida de la objetividad periodística.
Desde otra perspectiva, esta abusiva actitud del Colegio de Periodistas refuerza el argumento de quienes sostienen con fuerza y razón el derecho a la libre afiliación de los profesionales a sus distintas agremiaciones, como también el de organizar múltiples asociaciones sin que se les imponga forzadamente tener que pertenecer a la única que se permitiría. Es esta “libertad de asociación” la que debe quedar consagrada y resguardada en una eventual nueva Constitución, en los mismos términos de seguridad que lo hace nuestra actual Carta Fundamental.
Sin lugar a dudas, la declaración en comento configura un episodio triste para el periodismo chileno, que levanta la alerta ciudadana acerca del proceder parcializado de medios de comunicación, periodistas y comunicadores de quienes se espera cumplan su labor en forma equitativa, con independencia y veracidad mostrando así respeto por nosotros que confiamos en su profesionalismo para formar nuestra opinión acerca del devenir social, económico, político y cultural de nuestro país y tomar nuestras decisiones.
El Colegio de Periodistas de Chile queda en deuda con Chile.