Cartas al Director

Acabemos con el robo de vehículos, parece fácil.

Mauricio del Fierro San Cristóbal

18 de octubre de 2022


En la actualidad, todos los dueños de vehículos pagamos un seguro obligatorio de accidentes personales (SOAP) creado hace años, con el objeto de salvar de la quiebra a las compañías de seguro, en cuanto pagarían sumas menores por muerte o lesiones graves, en virtud de sentencia ejecutoriada (por cierto, nadie cobró el seguro en esas condiciones). Posteriormente, se eliminó ese requisito y hoy, pareciera que pocas personas usan este seguro obligatorio, que paga valores mínimos o impresentables para un accidente de tránsito con lesiones graves o pérdida de vida. Estamos en presencia de un seguro masivo y obligatorio que favorece claramente a las compañías, representando un aporte menor para los beneficiarios, sin impacto en la calidad de vida de las personas.

Por otra parte, son variadas las propuestas para terminar con los delitos de robos de autos en domicilios, calles y carreteras, pretendiendo hacer responsable al gobierno, a los concesionarios de carreteras y otros, por estos delitos, lo que parece absurdo, al pretender que, por hechos de terceros, sin vínculo alguno con los presuntos responsables, se pretenda transformar obligaciones de medios en un deber absoluto.

En oportunidades, un conductor desarmado se enfrenta a delincuentes drogados y, pretendiendo defender sus bienes, pierde su vida. Propuestas sobre  aumento de la dotación policial, compra de vehículos, planes varios o hacer responsables a terceros, son medidas de dudosa eficiencia (la mayoría ya fracasados) y que aspiran a ser sólo reparativas, en la medida que operan luego de cometido el delito, por lo cual, es evidente que no son propuestas destinadas a terminar con ellos.

Atendido el estado de la tecnología, es posible pensar, por cierto, a cambio de un mayor precio (que comprendería a millones de clientes) en la posibilidad de erradicar estos ilícitos y mejorar el sistema de seguros obligatorios en el país, proponiendo lo siguiente:

1. Contratación obligatoria de GPS para cada vehículo. Las aseguradoras se obligan a mantener un sistema de monitoreo satelital en cada vehículo, que permita su ubicación permanente y en lo posible su inmovilización;

2. Mejorar el monto del seguro obligatorio, aumentando el monto del pago en caso de lesión y muerte de personas en accidente de tránsito; y,

3. Crear una cobertura por daños materiales a vehículos de terceros, con un deducible y con un máximo de 200 U.F.

Con lo anterior, podríamos mejorar el seguro actual y podría desaparecer este delito, en la medida que, robado un auto, bastará con esta información desde un celular para entregar la ubicación del móvil a la policía, la que obviamente no tendrá excusa para no actuar. Esto no es nuevo, actualmente las compañías de seguro incorporan GPS para contar con la información del vehículo asegurado, lo que les evita pagar por el robo del vehículo. Delitos que, naturalmente irían en extinción, como lo fue los que afectaban cajeros automáticos y otros en que se adoptaron las medidas adecuadas conforme los avances de la tecnología. Así, terminamos con un temor más, pasando del miedo a un mayor bienestar social.

Es posible que existan razones técnicas, de costo o de intereses subalternos que argumenten en contra, pero es absolutamente necesario, avanzar con propuestas novedosas sobre estos temas. Actualmente, muchas empresas de transporte han incorporado en sus vehículos GPS para prevenir delitos, contando con información en línea y prueba de los hechos.

Cabe destacar que, eliminado el robo de vehículos, desaparecería, eventualmente, el asalto y robo mediante vehículos sustraídos a sus dueños. De igual forma, es posible pensar en otros delitos que son susceptibles de prevenirse mediante tecnología, queda abierta la invitación para pensar en ello.

 

Mauricio del Fierro San Cristóbal

Abogado

 

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