Si bien las aprehensiones de Estados Unidos sobre la falta de mecanismos legales en Chile para evaluar inversiones extranjeras responden a intereses geopolíticos, creo que ofrecen una oportunidad histórica para fortalecer nuestro marco regulatorio con mayor certeza jurídica y transparencia.
Basta recordar que el derogado DL 600 cumplió parcialmente ese rol a través del Comité de Inversiones Extranjeras. Retomar una institucionalidad de ese tipo, adaptada a los desafíos actuales, permitiría responder a tiempo con visión de Estado ante los actuales riesgos estratégicos y, a la vez, promover la llegada de capitales en sectores clave para el desarrollo nacional.
Si bien nunca es ideal legislar en función de coyunturas, como bien dice el refrán: “más vale un hoy que dos mañanas”.
Carlos Opazo
Abogado y académico