Nuestra constitución política de la república vigente en Chile dispone en su artículo 2° que “Son emblemas nacionales la bandera nacional, el escudo de armas de la República y el Himno Nacional”, en directa sintonía el Artículo 22 de la misma carta fundamental señala que “Todo habitante de la República debe respeto a Chile y sus emblemas nacionales”.

Con el paso de la primera semana del inicio de este proceso constituyente, se hace evidente el impresentable, inconstitucional y absolutamente irrespetuoso actuar de los constituyentes que no han sabido comportarse a la altura de la situación. En la inauguración de la convención observamos gritos, pifias, insultos, intervenciones, imposición de condiciones como “ no dejaremos empezar hasta que carabineros deje de actuar”, entre cuantas otras faltas que revisten un carácter gravísimo.

Un gran número de constituyentes faltaron al mandato constitucional de deber respeto al himno nacional, a la bandera y a nuestra solemne tradición, como por ejemplo la honorable constituyente Alejandra Pérez Espina, quien tuvo la desfachatez de asistir con una prenda de vestir que contenía la bandera de Chile teñida de negro en posición invertida.  Algunos se quedaron por varios minutos afuera interviniendo con los manifestantes y carabineros, haciendo un abandono de su puesto en la ceremonia, otros deliberadamente no respetaron a doña Carmen Gloria Valladares, secretaria relatora del TRICEL en el desarrollo de la ceremonia solemne de inicio, la interrumpieron constantemente e inclusive impusieron condiciones para iniciar la ceremonia que terminaron obligando a suspender su desarrollo.

Me pregunto dónde están los medios de acción recíproca ?, ¿dónde está el check and balance de todo sistema democrático?, ¿quién está hoy velando por el cumplimiento de la constitución cuando nuestra actual y vigente carta es violada, pisoteada y minimizada en su máxima expresión?. Como el profesor Fernando Atria indica en “la constitución tramposa”, han logrado actuar bajo del radar del derecho, haciendo lo que se les antoja, al más puro estilo escolar, con pifias, gritos, apelativos, sin respeto a la autoridad, a nuestra constitución, a las solemnidades, nuestras raíces, nuestra bandera y nuestro himno patrio.

Solo con observar esta primera semana de funcionamiento podemos ver un evidente abandono del principio de Supremacía Constitucional, el principio de Responsabilidad, el principio de Probidad, entre cuantas otras disposiciones que requieren de mayor abundamiento como el respeto a los emblemas nacionales. Es necesario que las autoridades fiscalicen a los constituyentes, y que se respete el Estado de Derecho, si los constituyentes no respetan nuestra actual carta, ¿qué nos garantiza que el día de mañana respeten la nueva?, si es evidente que antes de redactarla ya están actuando “bajo el radar del derecho”.

Tomás Aguilar