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Recomendaciones básicas.

Presentan decálogo para uso seguro de internet por los menores de edad.

De acuerdo a la Asociación Profesional Española de Privacidad, un niño permanentemente controlado, carente de privacidad, puede ver afectada su personalidad.

23 de agosto de 2017

La Comisión de Menores de la Asociación Profesional Española de Privacidad (APEP), presentó un decálogo con recomendaciones básicas para concienciar sobre la importancia de formar a los menores, a sus padres y educadores en la gestión adecuada de su privacidad y seguridad en internet.
Cabe señalar que los niños son sujetos protagonistas de internet y la edad de la primera conexión se ha reducido significativamente.
Desde la APEP señalan que la red es un espacio susceptible de ser utilizado con fines educativos y renunciar al potencial de recursos que ofrece sería sencillamente absurdo.
Ello, sostienen, obliga a redimensionar nuestra aproximación a la seguridad del menor y trasladarla del ámbito de la prohibición al de la mediación, de la seguridad entendida como control parental absoluto a la educación en valores.

Recomendaciones:

1. Aprenda a usar las redes sociales. Identifique para qué sirve cada una, cuáles son sus configuraciones de privacidad y cuáles deberían ser las reglas de comportamiento básico en ellas.

2. Enseñe el valor de la información a sus hijos e hijas. Deben ser capaces de poner en valor el significado de una fotografía o un video que pueden acabar subiendo a internet. No se trata de prohibir estas conductas sino de ser capaces de hacer entender al menor los riesgos del contexto, la necesidad de confiar en  personas con las que las comparte información y que podrían ser perfectos desconocidos, o los riesgos para su reputación digital.

3. Aprenda que los nombres de usuarios y las contraseñas, que las políticas de seguridad y el comportamiento seguro son herramientas que le ayudan a configurar su privacidad y a evitar riesgos.

4. Fomente la confianza en la red, navegue con sus hijos e hijas, incluso aprenda a navegar con ellos. Es un adulto con criterio y podrá discriminar el valor de lo que ve en pantalla, y transmitir educación en valores. El menor debe confiar en sus padres, si no lo hace, cuando encuentre un contenido nocivo, cuando le contacte un desconocido o le acosen no se lo contará y ello podría ser trágico.

5. Fórmeles para que aprendan a respetar a los demás. Los menores pueden causar daños a terceros publicando fotografías sin consentimiento, lesionando la reputación o agrediendo con comentarios inadecuados. No sólo se trata de salvaguardar su privacidad sino de que aprendan a respetar la privacidad y los derechos de los demás.

6. Aprenda a evaluar el uso de los smartphones y verifique “qué pueden hacer” y para qué sirven las aplicaciones móviles instaladas allí.

7. Promueva la educación digital en su entorno. Los valores de privacidad y de fomento de la navegación segura por Internet deberían estar presentes en los proyectos educativos de los diferentes centros escolares y, con ello, en la enseñanza básica que se ofrece por éstos a su alumnado. Y lo mismo debe afirmarse de las actividades destinadas a adultos.

Puede proponer que se proporcione esa información en la formación continuada para adultos, en el ámbito de la comunidad escolar y en las actividades extraescolares.

8. Verifique que el centro educativo presta especial atención al uso de plataformas y aplicaciones seguras para los menores que deberán ser plenamente respetuosas con sus derechos, así como contar con políticas y protocolos claros de uso de aquéllas y, en general, de dispositivos dentro del aula. Esta misma actitud debe tenerse con otros ámbitos de socialización formal del menor como asociaciones o clubes deportivos.

9. Tenga en cuenta la madurez del menor. Un menor permanentemente controlado, carente de privacidad, es un menor cuya personalidad puede verse afectada. No puede proteger su privacidad vulnerándola.

Los adultos debemos guiarles cuando se adentran en el mundo “digital” atendiendo a la madurez y capacidades de cada menor, despertando en los mismos los valores y el juicio crítico que les permitirá detectar, en cualquier faceta de su vida analógica y digital los riesgos. El control o la vigilancia dependen de la edad, un menor permanente vigilado carecerá de libertad y despertará la desconfianza de su entorno social.

10. Enséñales a configurar su privacidad. Ayúdales a gestionar su perfil de usuario en cada red social, en cada App, en cada dispositivo que utilicen y a seleccionar los grupos en los que participar y con los que compartir información. De este modo el menor controlará con quién comparte sus datos y la información que se encuentra en la red.

 

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