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Sobre «El Consejo del Clima en Australia: independencia y apego a los intereses de la ciudadanía».

Nació como una respuesta ciudadana a la desaparición de la antigua Comisión del Clima por decisión del ex primer Ministro Tony Abbott. Gracias a la labor de activistas ambientales y líderes políticos que se resistieron a la medida

12 de julio de 2018

En una reciente publicación de la Biblioteca del Congreso Nacional se da a conocer el artículo “El Consejo del Clima en Australia: independencia y apego a los intereses de la ciudadanía”.
Se sostiene que se trata de la principal organización relacionada con el cambio climático en Australia. Pese a que existen reparticiones públicas encargadas de la gestión del ambiente, es una voz autorizada e independiente de los gobiernos y las grandes compañías para la información sobre la protección del ambiente y la recomendación de políticas de conservación de la biodiversidad, cambio climático y soluciones energéticas.

Institución independiente y ciudadana

La BCN explica que no es un organismo del Estado, tampoco pertenece a un consorcio privado, el Consejo del Clima es una institución científica cien por ciento ciudadana que trabaja por informar a las comunidades sobre las condiciones actuales del medioambiente y las amenazas que puedan eventualmente surgir. El mismo consejo define parte de su trabajo como “una voz independiente sobre el cambio climático, obtenemos historias de diversos medios, producimos informes contundentes y denunciamos desinformación tal como la vemos. Apoyamos el cambio de Australia hacia una economía próspera y renovada”, se señala en su sitio web.
Compuesto principalmente por científicos expertos en clima, conservación, salud y energía, guían a una gran comunidad de voluntarios que trabajan por entregar información de utilidad para tomadores de decisión en políticas públicas, universidades, agricultores, etc. Esto se hace posible a través de la elaboración de informes revisados entre pares y documentos informativos tendientes a encontrar soluciones. Esta institución está encabezada por un consejero en jefe, el profesor Tim Flannery, y nueve consejeros, cinco hombres y cuatro mujeres, todos expertos en ciencias y líderes ambientales.
Si bien durante el nacimiento de esta institución el año 2013 los consejeros se comprometieron a trabajar voluntariamente, esta situación cambió seis meses después de su conformación, pues se consideró que era justo por la gran cantidad de tiempo dedicado a las actividades de producir información. Esta decisión se logró a su vez porque se fundó luego de la campaña de crowdfounding más exitosa de la historia australiana con la recaudación de más de un millón de dólares australianos. El origen filantrópico de esta institución, para muchos es garantía de independencia, pues los donantes son los propios ciudadanos, pero ¿cuál es el motivo por el que nace un organismo independiente y ciudadano para la conservación del medioambiente y la generación de información sobre el cambio climático?

Acción ciudadana ante los recortes del Estado en materia ambiental

El texto detalla que el Consejo del Clima nació el año 2013 como una respuesta ciudadana a un anuncio realizado por el Gobierno de poner fin a la entonces Comisión del Clima, institución del gobierno federal encargada de llevar adelante las acciones por el cambio climático. La decisión del primer ministro Tony Abbott respondió a necesidades de asignar presupuesto a otras áreas, decisión que fue ampliamente criticada por diversos sectores políticos del país oceánico.
Tal fue el nivel de rechazo a la medida, que se produjo una gran movilización ciudadana que congregó a miles de personas en extensas manifestaciones que exigían la reinstalación inmediata de la organización. Es en este contexto que se produjo un movimiento de activistas ambientales que, liderados por los ex comisionados del clima, llevaron adelante una campaña on line con el fin de rechazar la medida y solicitar al gobierno una rectificación de la medida.
No obstante, y en vista de la negativa por parte de Abbott y la sorprendente cantidad de adherentes que tuvo la campaña, el hoy presidente del Consejo y en aquel entonces recién depuesto comisionado del clima, Tim Flannery, anunció que el 23 de septiembre de 2013 se lanzará una organización sin fines de lucro que incluirá la labor de todos los ex comisionados del clima, además de un variado grupo de investigadores reunidos en los Amigos Fundadores del Consejo del Clima.
Pero la formación del consejo requería de un apoyo superior, fondos de financiamiento. Gracias al amplio apoyo ciudadano se recaudaron fondos por más de un millón de dólares australianos, convirtiéndose en la mayor campaña de crowdfunding en la historia de ese país. Más aún, a cinco años de haberse conformado, el Consejo del Clima recibe donaciones por parte de la ciudadanía con el fin de financiar al personal que ahí trabaja. Tales donaciones pueden luego deducirse en impuestos.

Valoración de una institucionalidad independiente desde el contexto chileno

El documento puntualiza que la necesidad de contar con una institución independiente que entregue información confiable a la ciudadanía sobre las acciones para mitigar los efectos del cambio climático y la conservación de la biodiversidad, fue analizada por Cristián Bonacic, profesor titular de la Facultad de Agronomía e Ingeniería Forestal de la Universidad Católica de Chile. En su opinión como experto con más de 27 años de carrera en conservación y manejo de vida silvestre y áreas protegidas es que las instituciones sigan fortaleciéndose en favor de cumplir con las demandas y expectativas de las nuevas generaciones, pues no se están protegiendo los recursos que necesitarán en el futuro.
En esta línea valoró los avances en relación a la creación nuevas instituciones, pero aseguró que es necesario que trabajen con claridad para responder a los desafíos. “A lo largo de mi carrera he podido ver cómo nuestro país ha ido desarrollando una institucionalidad medioambiental que se transformó en un Ministerio de Medioambiente y ahora ad portas de crear un servicio de parques y biodiversidad. Es importante tener claridad institucional para cumplir con los compromisos como la conservación de la biodiversidad y una serie de convenciones internacionales que nos obliga a tener una institucionalidad sólida respecto al manejo de especies protegidas y asegurarle a las generaciones futuras que la biodiversidad en nuestro país no se va a extinguir”, señaló.
Sobre las características de esta institucionalidad, agregó que nuestro país tiene varios desafíos en relación a la información relacionada a la conservación de la biodiversidad. “Nuestro desarrollo económico y nuestro futuro productivo como país depende en gran medida de los recursos ecosistémicos que provee la biodiversidad. La gente tiende a pensar en biodiversidad en grandes árboles o especies animales, pero en la práctica también hablamos que la actividad agrícola, forestal y ganadera está dada por los microorganismos que hay en el suelo, por los insectos, por los polinizadores, controladores de plaga, etc. Entonces hay una serie de organismos que no son tan conocidos por la gente pero que proveen funcionalidades al ecosistema y esa es la base por la cual nosotros producimos nuestras exportaciones” agregó.
En relación a la posibilidad de contar con una institución ambiental que provea de información independiente a la ciudadanía y tomadores de decisión, Bonacic fue enfático en señalar que además de esto es necesaria una modificación en la conducta de las personas. “Hoy en día el gran desafío no es la información disponible, hay múltiples ONG, el Ministerio del Medioambiente se preocupa de entregar mucha información, los programas escolares incluyen mucha información sobre medioambiente, cambio climático y conservación de biodiversidad. Las generaciones más jóvenes ya vienen con una formación y sensibilización respecto de los temas ambientales que es muy fuerte y los jóvenes a nivel de las universidades y la educación secundaria se frustran cuando ven que los actores políticos y la acción de los gobiernos no reflejan realmente con compromisos y acciones concretar para el medioambiente y eso produce la falta de sintonía entre lo que los jóvenes quieren hacer y lo que estamos haciendo como país”, sentenció.

 

Vea texto íntegro del documento

 

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