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Programa Asia Pacífico.

Corea del Sur potencia el desarrollo de la robótica en servicios.

Es el país con más cantidad de robots por cada 10 mil trabajadores, sin embargo, hoy su apuesta es por una robótica orientada a las personas que además de ser más humana, ayude a las personas en tareas específicas.

6 de agosto de 2019

En una reciente publicación de la Biblioteca del Congreso Nacional se da a conocer el artículo "Corea del Sur potencia el desarrollo de la robótica en servicios".
Se afirma que Corea del Sur es una de las economías más robotizadas en el Asia, no solo por la cantidad de robots que funcionan en tareas productivas, también porque posee una sólida ley de robótica que permite el incentivo de políticas públicas para el desarrollo de esta tecnología y el nacimiento de instituciones como Hubo Lab, que en en un corto plazo hará que los robots sean más parecidos a las personas.

Ley de robótica que permite el desarrollo

La BCN recuerda que durante la gira presidencial a Corea del Sur en abril de 2019, una de las visitas oficiales fue a una localidad al sur de Seúl, en Suwón. El objetivo fue conocer el Museo de la Innovación de Samsung. Esta visita tuvo como propósito la firma de acuerdos entre el gobierno de Chile y la compañía, también conocer los últimos adelantos tecnológicos, tanto en el desarrollo de línea blanca como de robotización, donde Corea es uno de los grandes innovadores a nivel mundial.
Según el Índice de Robots Industriales Instalados por cada 10 mil empleados en la industria manufacturera, elaborado por la Federación Internacional de Robótica, Corea del Sur es el país líder a nivel mundial, con 631 robots, seguido de Singapur con 488, Alemania con 309 y Japón con 303. Esta posición no es nueva, desde que la obtuvo el año 2010 la ha sabido mantener, principalmente por los desarrollos en la industria electrónica y automotriz.
Esta tendencia, explica el texto, ha sido posible gracias a la existencia de una Ley de Desarrollo, Promoción y Distribución de Robots Inteligentes, que publicada en marzo de 2008, tiene como propósito contribuir a mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, al mismo tiempo que desarrolla la economía nacional. Esta ley define a los robots inteligentes como un aparato mecánico que percibe el ambiente por sí mismo, discierne frente a determinadas circunstancias y se mueve de manera voluntaria.
Bajo este supuesto, añade la BCN, la ley establece un código de conducta ética que no solo se aplica a personas que se involucren en el desarrollo, sino más bien a quienes manufacturan y utilizan los los robots. Este código se orienta a prevenir daños o efectos adversos en las personas, como la alteración del orden social como resultado del desarrollo de funciones inapropiadas. Es por ello que también rige a interesados e inversionistas que participen.
Además, la ley ha permitido la formulación de dos programas que, más que desarrollar la industria se han enfocado en promover la cooperación entre distintos actores, por ejemplo la Consejo para la Política de Robótica Industrial, creada el 2011 y cuyo fin es promover la integración de distintas partes interesadas en la fabricación de robots, principalmente en la industria manufacturera. El otro es el Instituto de Robótica Industrial Avanzada (Kiria), impulsado por el Ministerio de Comercio, Industria y Energía.
Luego, la BCN da a conocer un artículo de la revista Kiet sobre industria económica y que destaca el efecto de la ley de robótica, ambos programas han cumplido un rol preponderante en el desarrollo de la robótica, pero también a aumentar la demanda de las industrias por soluciones en robótica. Parte de este éxito se evidencia en la cantidad de robots que hoy se encuentran activos en la economía coreana.

Necesidad de acelerar la robótica de servicios

La BCN, expone que se pueden encontrar robots en distintas áreas de la economía coreana. Kim Sang- Mo, director de robótica del Ministerio de Comercio, Industria y Energía, en una publicaciónsobre las direcciones de la política coreana de robótica industrial, reconoce que para 2018 la mayoría de los robots son utilizados en compañías automotoras, eléctricas y electrónicas. A estos se suma la industria de servicios, donde los robots de limpieza y de capacitación concentran el 84 por ciento del mercado. El resto se ubica en usos médicos y aplicaciones logísticas, que reconoce con necesidad de acelerar.
En febrero de 2018, recuerda la BCN enseguida, el Gobierno coreano puso en marcha una nueva estrategia de desarrollo de robots industriales y cuya misión ya no solo es aumentar la competitividad de las industrias, sino crear un ambiente donde humanos y robots puedan coexistir. Para esto, el foco central del desarrollo se enfoca en la industria de servicios o llamados robots de colaboración, al mismo tiempo de desarrollar habilidades y capacidades en personas que se desempeñan en dichas industrias.
Según Rodrigo Verschae, académico e investigador del Instituto de Ciencias de la Ingeniería de la Universidad de O’Higgins, hay varios tipos de robótica, pero el de servicios tiene una relación especial con las personas. “Por lo general los robots más tradicionales son los industriales, ellos trabajan en ambientes controlados, mientras que los robots de servicios -que son básicamente colaboradores- ayudan a personas a desempeñar tareas donde están involucradas más personas. En algunos casos tienen que interactuar con ellas pero también entender lo que los usuarios humanos quieren hacer, cuales son sus intenciones y en función de eso comunicarse”, señaló.
A continuación, dice que es por ello que una de las principales medidas del Gobierno coreano ha sido el apoyo a pequeños y medianos fabricantes de robots, a modo que provean más soluciones a más problemas específicos. De igual manera, se enfocan en el logro de robots para casas inteligentes, rehabilitación médica, desastres y seguridad, transporte y agricultura. A esto se suma el esfuerzo realizado por grandes compañías como LG, que desarrolla tecnologías aplicadas a la atención de clientes y cuyo centro de experimentación ha sido el aeropuerto de Incheon, donde entregan información a pasajeros y resuelven problemas en distintos idiomas.
Aunque, arguye el texto, esta experiencia ha sido provechosa, Kim Sang- Mo hace un llamado a no bajar la guardia y seguir promoviendo el trabajo en conjunto entre gobierno y las grandes compañías, pues la apuesta de Corea del Sur, al igual que China, Japón y Alemania, es liderar el mercado global de robots en la era de la industria 4.0.

La experiencia de Hubo Lab

Luego, la BCN sostiene que durante el año 2017, el Instituto Coreano de Ciencia y Tecnología Avanzada abrió el Centro de Investigación de Robots Humanoides, conocido simplemente como Hubo Lab. En la ciudad de Daejeon a 140 kilómetros al sur de Seúl, tienen como propósito que los robos puedan pensar por sí mismos y desarrollar Inteligencia artificial para ayudar a las personas, como por ejemplo en el rescate de personas.
Para ello, indica, el centro está abocado a que los robots bípedos superen las limitaciones propias de los robots, como la falta de equilibrio a la hora de caminar o el excesivo uso de energía para realizar desplazamientos. Este trabajo ha tenido entre sus soluciones la creación de algoritmos para controlar los pasos, la fuerza de reacción y la reducción del tiempo, además de sensores para superar obstáculos. Este trabajo se puede apreciar de mejor manera en una publicación realizada por científicos del Hubo Lab y donde se muestra el trabajo realizado apartir de una técnica de programación cuadrática (QP) que considera el rango cinemático de las extremidades y su proceso de optimización.
En otra publicación, expone,  realizada en el marco del trabajo en Hubo Lab, se muestra como han desarrollado un marco de control vía remota de todo el cuerpo de los humanoides, pero que además permite imitar el movimiento humano de manera eficiente a través de un dispositivo de adquisición de datos que los transforma en movimientos y que es más rápido que sus versiones anteriores, pues tiene mejoras en la vista y en el calculo de las tareas.
Tales avances, destaca, se suman a otros desarrollos realizados por científicos e ingenieros surcoreanos en alianza con importantes centros internacionales de investigación, incluso de universidades como el MIT. Aunque no existe una sola meta específica, la misión de Hubo Lab es hacer de los robots un medio amigable para los humanos y que, gracias a sus adelantos, contribuya en su bienestar.

Valoración desde la experiencia chilena

Enseguida, la BCN señala que en relación a la posibilidad que exista una ley de robótica que permita el desarrollo de dicha disciplina, Rodrigo Verschae se manifestó a favor, pues entrega un marco de acción que promueve la interacción entre distintos actores. “La orientación de políticas públicas, tanto a través de leyes como de otros programas de incentivos son muy importantes para promover el uso, desarrollo e investigación en los problemas de robótica. Es muy relevante primero apoyar a las distintas entidades para que trabajen en conjunto para que luego desarrollen el área. También otro punto importante es que promuevan políticas para que la gente se informe, conozca y familiarice con este tipo de tecnologías que muchas veces son para muchos lejanas y díficiles de entender”, sostuvo.
Sobre la posibilidad de generar un código de ética que regule el desarrollo y uso de la robótica en nuestro país, el investigador de la Universidad de O’Higgins agregó que tal como sucede con cualquier tecnología, es importante su regulación. “En este caso dado que los robots de servicios interactuan con personas, se requiere algo cercano a un código de ética para poder interactuar o esperar que tipos de cosas se quiere que hagan y que no. También tiene que ver en parte con quienes son los responsables de los usos que se les da a los robots, en este punto entran las empresas, los programadores. Por ejemplo quiénes son los responsables de un vehículo autónomo y su forma de reaccionar”, afirmó.
Por último y en relación al desarrollo de la robótica de servicios en nuestro país, valoró los avances pero cree que es necesario más aporte por parte de las compañías. “En Chile hay un desarrollo en pañales, no menor pero muy específico. Hay gente trabajando en estos temas, pero son muy pocos los grupos de investigación o empresas que lo están desarrollando. Para llegar a un desarrollo más fuerte se requiere de un apoyo mayor y una capitalización mayor por parte de las empresas, que se involucren más en la investigación y el desarrollo de productos, no solamente desde los fondos de investigación de los gobiernos, sino también de un trabajo en conjunto con las empresas. Faltan varias cosas, primero tener una masa crítica mayor. Lo que hay ahora es bueno pero muy poco. También falta hacer que se trabaje más en conjunto y que las empresas se lo tomen más en serio, para que las actividades salgan del laboratorio y se enfoquen en productos que se lleven al mercado”, sentenció.

 

Vea texto íntegro del documento 

 

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