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La empresa debe garantizar derechos laborales.

Uber pierde la batalla legal en Reino Unido: sus conductores serán trabajadores y no autónomos.

El fallo da derecho a los conductores de Uber a recibir beneficios como vacaciones pagadas y el salario mínimo, lo que amenaza el modelo de negocio de Uber, pero además tiene implicaciones para la llamada economía de los trabajos precarios, en auge en los últimos años en sectores como el de los repartidores.

19 de febrero de 2021

Uber pierde la batalla legal contra sus trabajadores. Los conductores de esta empresa de transporte en Reino Unido deben ser clasificados como «trabajadores» y no como autónomos, según ha dictaminado el Tribunal Supremo del país.

El fallo de los jueces concluyó, por tanto, que los trabajadores de la compañía deben tener acceso a todos los «derechos básicos«, así como a «vacaciones pagadas«, por lo que Uber se enfrenta una gran factura por compensación de hasta 12.000 libras (13.834 euros) para cada uno de sus trabajadores.

La sentencia da derecho a los conductores de Uber a recibir el salario mínimo, lo que amenaza el modelo de negocio de Uber, pero además tiene implicaciones para la llamada economía de los trabajos precarios, en auge en los últimos años en sectores como el de los repartidores.

Los jueces consideran que el servicio de transporte está «bien definido y controlado por Uber», y que los conductores están en una posición de subordinación y dependencia de Uber, con poca capacidad para mejorar su posición económica.

Uber, que tiene 65.000 conductores activos en Reino Unido, había argumentado que los dos conductores que presentaron el caso en 2016 eran contratistas independientes.

Uber recurrió al Supremo tras haber perdido litigios en tres instancias inferiores, después de que en 2016 un tribunal laboral resolviese que los conductores de la compañía prestan sus servicios como trabajadores y no como contratistas externos. La sentencia reconoce a los chóferes como trabajadores («workers», en inglés), pero no como empleados («employees»), que en la legislación británica gozan de unas ventajas laborales superiores. El Supremo concede así a los conductores el estatus de trabajador de Uber, y niega que sean autónomos («self-employed») como la compañía alegaba.

El veredicto ha sido muy celebrado por los defensores de los derechos de los trabajadores, como el sindicato GMB, que afirmó en un comunicado que ha sido una «victoria histórica«, y apeló a Uber a «dejar de perder tiempo y dinero persiguiendo causas legales perdidas» y apoyar a los trabajadores que «apuntalan su imperio».

La corte determinó que los trabajadores merecían ser considerados como trabajadores, tomando en cuenta el tiempo que pasan los conductores conectados a la aplicación, además del control que se ejerce a través de las evaluaciones.

Se prevé que esta decisión sentará una base para otras empresas desarrolladas vía aplicación, tanto en Reino Unido como en otros países.

 

Vea texto íntegro de la sentencia

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