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Imagen: lapatilla.com
Prohibida en varios países europeos.

Parlamento de Portugal aprobó la inseminación “post-mortem”. La ley permite que una mujer se insemine de su pareja fallecida.

La ley debe ahora ser analizada por el Presidente de la República, que puede enviar el texto al Tribunal Constitucional antes de sancionarla o vetarla.

5 de abril de 2021

Portugal abrió la puerta a la inseminación “post-mortem” tras la aprobación en el Parlamento de un proyecto de ley que ahora deberá ser sancionado por el Presidente de la República.

La ley, de ser sancionada, permitirá a una mujer ser inseminada con el material genético de su pareja fallecida, siempre que se realice en un periodo de entre seis meses y tres años tras la muerte, con consentimiento previo dado en vida y se demuestre que la paternidad era un objetivo ya establecido.

No se pondrá límite al número de intentos de inseminación, que podrán efectuarse hasta que la mujer quede embarazada.

El bebé será hijo póstumo del fallecido, salvo que la madre se haya emparejado durante el proceso y la nueva pareja se registre como padre.

El incumplimiento de estos requisitos puede llevar a una pena de prisión de hasta dos años.

El presidente Marcelo Rebelo de Sousa puede enviar el texto al Tribunal Constitucional antes de vetar o sancionar la ley (EFE/EPA/MARIO CRUZ/Archivo)

El debate sobre la reproducción post-mortem en Portugal ha estado marcado por las reservas de organizaciones médicas que han planteado que la decisión de la madre puede estar afectada por el luto patológico y la imposibilidad real de contrastar la voluntad real del donante fallecido. También observan el hecho de que no se diferencie entre inseminación de espermatozoides o de embriones, la falta de requisitos para la autorización del donante o la ausencia de límites para el número de intentos de inseminación.

Asimismo, se han pedido aclaraciones sobre el registro del bebé en caso de que la mujer gestante contrajera matrimonio durante el proceso.

La ley debe ahora ser analizada por el presidente de la República, que puede enviar el texto al Tribunal Constitucional antes de vetarla o sancionarla.

Su ratificación convertiría a Portugal en uno de los pocos países europeos que permiten esta técnica, prohibida en Suiza, Alemania, Italia y Francia, pero legal en Inglaterra, Países Bajos o Grecia.

 

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