El caso se refiere a la diferencia de derecho al permiso parental entre hombres policías y mujeres policías. Los cuatro demandantes solicitaron un permiso parental, el que fue negado, pues dicho permiso solo podía concederse a un policía si su hijo había quedado sin el cuidado de la madre.
Los demandantes denunciaron que la negativa de concesión del permiso parental importaba una discriminación por razón de género, lo que vulnera el artículo 14, en relación con el artículo 8 del CEDH sobre vida privada y familiar.
El TEDH puntualiza que los estereotipos de género, así como la percepción de las mujeres como principales cuidadoras de los niños y de los hombres como principales sustentadores, no puede justificar suficientemente una diferencia de trato entre hombres y mujeres en lo que respecta al derecho al permiso parental.
Enseguida, acepta que el mantenimiento de la eficacia operativa de la policía era un objetivo legítimo que podía justificar ciertas restricciones a los derechos del personal policial. No obstante lo anterior, advierte que la limitación al permiso parental depende exclusivamente del sexo, y no de la disponibilidad de contingente policial, puesto que las mujeres policías tienen un derecho incondicional al permiso parental, de modo que la restricción sólo afecta a los policías varones.
El fallo señala que las autoridades nacionales no lograron equilibrar el interés legítimo de garantizar la eficacia operativa de la policía, por un lado y, por otro, el derecho de los demandantes a no ser discriminados por razón de su sexo.
El Tribunal concluye que la diferencia de trato entre los policías varones y las mujeres policías en cuanto al derecho al permiso parental no estaba justificada y que había supuesto una discriminación por razón de género.
Condenó a Rusia al pago de más de 20.000 euros en concepto de daños pecuniarios y no pecuniarios, distribuidos entre todos los demandantes.
Vea texto íntegro de la sentencia.
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