El gobierno de Canadá prohibió a los extranjeros sin residencia permanente la compra de viviendas, en un intento por frenar la «especulación en el sector inmobiliario”. La medida, que entró en vigencia el pasado 1 de enero, se extenderá por al menos dos años y tendrá como objetivo la disminución de los precios de las viviendas para que puedan ser adquiridas a valores más asequibles. Sin ir más lejos, los precios de las casas canadienses han alcanzado cifras record, teniendo un valor promedio en la actualidad de US$568.000.-.
En palabras de las autoridades, esta medida busca “garantizar que las viviendas sean propiedad de los canadienses, en beneficio de todos los que viven en este país”. A juicio del gobierno, la causa del aumento de los precios es la especulación generada por inversionistas extranjeros que acaparan el mercado para obtener réditos económicos, por lo que la prohibición está orientada a disuadir estas prácticas. En una reciente alocución el ministro de vivienda señaló que estos empresarios “ven las casas como mercancía”. En 2022, los precios aumentaron un 48% respecto a 2013.
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No obstante, la medida no regirá para estudiantes que se encuentren en el país por al menos 5 años, extranjeros casados con ciudadanos canadienses, solicitantes de asilo y personas con permiso de trabajo temporal, ni tampoco para inmuebles vacacionales que estén ubicadas en zonas recreativas.
A pesar de la confianza del gobierno algunos se han mostrado escépticos respecto a la eficacia de la prohibición, ya que consideran que es insuficiente para disminuir los precios y que no ataca los problemas de fondo, pues los compradores foráneos representan no más del 6% del total del mercado, por lo que el impacto de la medida sería limitado.
Vea acta de Prohibición de Compra de Propiedad Residencial por No Canadienses.