La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) realizó un balance en el que solicita a los países de la región respetar los derechos reproductivos de las mujeres. Si bien reconoce que han habido avances en la materia, considera que estos no son suficientes ya que han existido retrocesos.
Señala que los derechos reproductivos están conformados por un conjunto de derechos humanos, como el acceso a métodos anticonceptivos, que históricamente han sido restringidos a causa de los estereotipos de género que aún existen en nuestra sociedad. Ello se refleja, entre otras cuestiones, en la dictación de leyes que criminalizan el aborto y ponen en riesgo la salud de las mujeres.
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Recuerda que las mujeres tienen el derecho a decidir por ellas mismas si desean tener descendencia biológica, ya que es un ámbito de la vida privada que se relaciona con otros derechos, incluidos los reproductivos. El ejercicio de estos derechos conlleva para los Estados una serie de obligaciones, como lo son garantizar un servicio de salud óptimo y el acceso a la información.
Hace presente a los Estados que la jurisprudencia de la Corte Interamericana ha prescrito que “la protección de la vida desde la concepción no es absoluta, sino gradual e incremental, según su desarrollo, de tal manera que posibilite un adecuado balance con otros derechos que puedan entrar en conflicto”.
Finaliza su balance urgiendo “(…) a los Estados de la región a adoptar todas las medidas necesarias para asegurar que los derechos de las mujeres, niñas, adolescentes y todas las personas gestantes no sean desproporcionadamente afectados a través de la criminalización absoluta de la interrupción voluntaria del embarazo, y a garantizar el acceso a información, bienes y servicios de salud integral – incluyendo los servicios para la interrupción legal del embarazo -, con enfoque de género y edad, que les permitan decidir de manera informada y libre de toda violencia sobre su vida reproductiva”.