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Corte Suprema de Canadá.

Es nula la condena de un hombre imputado por robo si las pruebas presentadas en su contra son irrazonables e insuficientes para acreditar su culpabilidad.

Teniendo en cuenta la totalidad de las pruebas, incluidas las debilidades del testimonio del testigo y la ausencia de cualquier otra prueba inculpatoria, excepto la presencia del ADN del apelante en la colilla del cigarrillo, estamos convencidos de que nadie podría estar razonablemente satisfecho de que la culpabilidad del acusado era la única conclusión razonable disponible. Por lo tanto, los veredictos fueron irrazonables.

12 de marzo de 2023

La Corte Suprema de Canadá acogió el recurso deducido por un hombre condenado por robo. Estimó que los medios probatorios presentados en su contra no fueron valorados adecuadamente por los tribunales de instancia.

En 2017, el recurrente fue condenado por un delito de robo con allanamiento de morada, por presuntamente haber robado un camión junto a un grupo de sujetos. El juicio en su contra estuvo plagado de imprecisiones puesto que ninguno de los testigos vio claramente a los hechores. No obstante, se acreditó su culpabilidad a causa de una colilla de cigarro con su ADN encontrada en el vehículo, y a raíz de un testigo que declaró haber escuchado, presumiblemente, el apellido del recurrente.

Este apeló el fallo en segunda instancia, por estimar la falta de solidez de las pruebas presentadas en su contra. Sin embargo, su recurso fue desestimado en voto dividido pues un magistrado acogió su pretensión. Ello le permitió recurrir de pleno derecho ante la Corte Suprema, sin necesidad de solicitar ser oído, bastando solo una notificación para ello.

En su análisis de fondo, la Corte observa que “(…)  las pruebas de ADN permitieron inferir que el apelante estaba en el vehículo en algún momento antes de que la policía lo recuperara. No hubo evidencia que indicara cuándo y por qué pudo haber estado en el vehículo, el cual estuvo en paradero desconocido durante las 11 horas que transcurrieron entre el robo y su recuperación. El testigo también solía dejar las llaves en el vehículo antes del robo. Como señaló el juez disidente de la Corte de Apelaciones, también había prendas de vestir y otros artículos en el vehículo que el oficial de identificación forense reconoció que no fueron enviados para análisis de ADN. En estas circunstancias, estas pruebas por sí solas no permiten acreditar su participación en el robo”.

Respecto al testigo que declaró haber escuchado el apellido del recurrente, comprueba que “(…) que fue golpeado en la cabeza con un bate de béisbol al comienzo del robo y perdió el conocimiento. En su testimonio, cuestionó activamente su propio recuerdo de lo que había escuchado. No mencionó a la policía durante sus entrevistas iniciales que había escuchado el apellido, más bien, un oficial investigador le mencionó por primera vez el nombre durante una entrevista telefónica, meses o posiblemente años después del robo. Cuando se le preguntó en el juicio si recordaba haber escuchado el nombre antes de esa entrevista telefónica, dijo que sí; Indicó que esto se basó en conversaciones que tuvo después del robo con otra víctima”.

Agrega que “(…) si bien no se plantea ningún problema con respecto a la honestidad del testigo, este es uno de los raros casos en los que la aceptación por parte del juez de primera instancia de la confiabilidad de la prueba testimonial no puede sustentarse en ninguna visión razonable de la evidencia. El juez de primera instancia concluyó erróneamente que “nada gira” sobre la inconsistencia entre los testimonios de los testigos porque estaban en habitaciones diferentes y pudieron haber escuchado cosas diferentes. El juez de primera instancia tampoco abordó de manera significativa muchas de las preocupaciones relacionadas con el estado físico o mental del testigo durante y después del robo”.

En definitiva, la Corte concluye que “(…)  teniendo en cuenta la totalidad de las pruebas, incluidas las debilidades del testimonio del testigo y la ausencia de cualquier otra prueba inculpatoria, excepto la presencia del ADN del apelante en la colilla del cigarrillo, estamos convencidos de que nadie podría estar razonablemente satisfecho de que la culpabilidad del acusado era la única conclusión razonable disponible. Por lo tanto, los veredictos fueron irrazonables”.

Al tenor de lo expuesto, la Corte resolvió acoger el recurso y anular la condena del recurrente.

 

Vea sentencia Corte Suprema de Canadá 2023 SCC 5.

 

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