El Parlamento Federal de Alemania (Bundestag) aprobó una histórica legislación que cambia el panorama del cannabis en el país. La nueva ley, conocida como «Proyecto de ley sobre manipulación controlada de cannabis y modificación de regulaciones», impulsada por el gobierno federal, logró un apoyo de 407 parlamentarios a favor, 226 en contra y cuatro abstenciones en la votación nominal.
La nueva legislación permite a los adultos poseer hasta 50 gramos de cannabis para su uso personal en entornos privados, y hasta 25 gramos en lugares públicos. Además, establece un marco para su distribución controlada, limitando las cantidades que se pueden adquirir por día y por mes para adultos.
Una de las medidas más significativas es la autorización del cultivo privado de hasta tres plantas de cannabis por persona para uso personal, con estrictas disposiciones para evitar el acceso a menores. Asimismo, se permitirá el cultivo y la distribución controlada a través de asociaciones sin fines de lucro, con un límite de membresía y restricciones en la cantidad distribuida.
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El respaldo a esta legislación fue argumentado por el Ministro Federal de Salud, Karl Lauterbach, quien destacó los fracasos de las políticas de prohibición anteriores, que llevaron a un aumento del consumo entre los jóvenes y la proliferación del mercado negro. Lauterbach hizo hincapié en la importancia de enfocarse en la educación y en la eliminación del mercado negro como estrategias más efectivas.
Con alrededor de 4,5 millones de consumidores de cannabis en Alemania, esta legalización marca un cambio significativo en la política de drogas del país. Aunque la ley aún debe pasar por un último trámite antes de entrar en vigor, se espera que Alemania se convierta en el noveno país en legalizar el cannabis recreativo.
“Yo mismo durante muchos años estuve en contra de la legalización, pero es la ciencia la que dice ahora que hay que seguir este camino. Nadie debería malinterpretar esta ley: el consumo de cannabis se está legalizando, pero eso no significa que no sea peligroso», afirmó Lauterbach.