En ningún otro paÃs se celebran tantas votaciones como en Suiza.
Las primeras citas a las urnas se celebraron hace más de 100 años y, hasta hoy, la ciudadania suiza está llamada a decidir sobre cuestiones locales, regionales y nacionales en fechas fijas para realizar tres o cuatro citas al año a las urnas para tratar en cada una de esas jornadas dominicales uno o varios temas a la vez.
Suiza combina un sistema democrático representativo con instrumentos de democracia directa. Históricamente, ha habido votaciones que han cambiado este mismo sistema: en 1891, por ejemplo, una mayorÃa votó a favor de la introducción de la iniciativa popular.
En 1918, una iniciativa popular cambió el sistema electoral en Suiza. Desde entonces, la representación proporcional se aplica en la mayorÃa de los cantones o estados del paÃs. Esto significa que si un partido obtiene el 30% de los votos en un cantón con diez escaños en la diputación del Parlamento bicameral suizo, llamado Consejo Nacional, le corresponderán tres de los diez escaños reservados para esta entidad.
PolÃtica masculina hasta hace poco
La historia de los instrumentos de democracia directa en Suiza también incluye el hecho de que, tan recientemente como en 1959, una gran mayorÃa de los miembros del Consejo Nacional, solamente hombres en la época, rechazara todavÃa en sufragio femenino.
Las mujeres suizas solo obtuvieron el derecho de votar en toda Suiza en 1971. El último cantón se vio obligado a aplicar el sufragio femenino en 1991 tras una decisión del Tribunal Federal, la máxima instancia judicial en Suiza.
En Suiza existen varios tipos de instrumentos de la democracia directa. La forma más conocida es la iniciativa popular.
Con la iniciativa popular, la ciudadania puede impulsar una votación en busca de modificar la Constitución suiza. Para que se celebre una votación, debe recoger al menos 100.000 firmas ciudadanas verificadas y con derecho a voto en un plazo de 18 meses.
Pero la gran mayorÃa de las iniciativas populares de la historia suiza no han logrado convencer a la mayorÃa de la ciudadanÃa o de los cantones, ya que para modificar la Constitución no solo se requiere la mayorÃa total de votos en todo el territorio suizo, sino también que en más de la mitad de los 26 cantones de Suiza se haya también votado a favor.
No obstante, pese a un rechazo de alguna iniciativa determinada, esto no significa que no haya ningún efecto o repercusión. Al fin y al cabo, las iniciativas populares son también un instrumento para incluir un tema en la agenda polÃtica. El Gobierno y el Parlamento pueden responder a las iniciativas con contrapropuestas.
Es decir, una propuesta que permita un cambio, tal vez no tan drástico, relativo a la iniciativa, para que el pueblo pueda decidir entre la iniciativa y la propuesta gubernamental. Una solución alternativa que permite un cambio.
Otro instrumento de la democracia directa es el referéndum, obligatorio o facultativo. Estas son las diferencias entre ambos:
El referéndum obligatorio tiene lugar obligadamente si el Gobierno y el Parlamento quieren cambiar la Constitución o adherirse a organizaciones internacionales como la Unión Europea o la OTAN, a las que, por cierto, Suiza no pertenece.
El referéndum facultativo, en cambio, es un freno que impulsa la propia ciudadania sobre una ley ya aprobada. Si el Gobierno y el Parlamento han aprobado una ley, una persona o varias pueden convocar a un referéndum contra ella al recoger al menos 50.000 firmas válidas en un plazo de 100 dÃas. Si las firmas son válidas, la ciudadanÃa de todo el paÃs es invitada a decidir si rechaza o no la nueva legislación.
La influencia de la voz gubernamental
A lo largo de la historia de Suiza, la mayorÃa de las personas que votan, apoyan a menudo las decisiones del Gobierno y del Parlamento en este tipo de votaciones.
El instrumento de democracia directa utilizado con más frecuencia para revocar una decisión del Gobierno y del Parlamento es el referéndum facultativo.
Qué es una contrapropuesta
Volvamos a la iniciativa popular. Antes de someter a votación una iniciativa popular, el Parlamento suizo examina el tema cuestionado por la ciudadanÃa. Las dos cámaras -el Consejo Nacional y el Consejo de los Estados- debaten la cuestión. Deciden si respaldan o no la iniciativa popular, es decir, si están de acuerdo en la idea, aunque esto no significa ninguna consecuencia para el texto, ni tampoco significa que se pueda bloquear la iniciativa. Simplemente significa una evaluación de la propuesta que forzosamente será evaluada en las urnas por el pueblo.
Las autoridades deciden si planifican y ofrecen a la ciudadanÃa su propia contrapropuesta al texto de la iniciativa, o no.
Suiza reconoce dos formas de contrapropuesta. Con una contrapropuesta directa, el Parlamento crea una opción adicional que aparecerá también en la boleta del voto sobre la iniciativa popular.
La contrapropuesta indirecta es una propuesta legislativa que adopta el Parlamento, sin ninguna participación popular de por medio.
Si la comisión ciudadana que respalda la iniciativa popular decide que está satisfecha con esa propuesta parlamentaria, retira su iniciativa popular. En caso contrario, la iniciativa sigue su camino y se vota en las urnas. Si entonces la iniciativa popular es rechazada en las urnas, las autoridades introducen la contrapropuesta indirecta.
La exigencia de la mayorÃa cantonal
El hecho de que las iniciativas populares y los referéndums obligatorios requieran no sólo la mayorÃa de los votos, sino también la mayorÃa de los cantones, se conoce como mayorÃa cantonal. La mayorÃa cantonal da más peso a los cantones pequeños con poca población.
Sin embargo, es raro que una iniciativa popular reciba la mayorÃa de los votos pero no la mayorÃa de los cantones. Recientemente, la Iniciativa Popular para la Responsabilidad Empresarial fue rechazada por la mayorÃa de los cantones en 2020. Esta situación sólo se habÃa dado una vez antes, en 1955.
La mayorÃa de los cantones fue a menudo decisiva en los referéndums. Por ejemplo, en 2013 fracasó un referéndum obligatorio que habrÃa unificado la polÃtica familiar en toda Suiza. Aunque convenció al 54,3% de la ciudadanÃa que participó en las urnas, no pasó la rampa para obtener la mayorÃa cantonal.
El permiso de maternidad, por otra parte, se introdujo en 2004, aunque la mayorÃa de los cantones estaban en contra. La votación fue un referéndum facultativo sobre una enmienda a la ley, por lo que no se exigió la mayorÃa de los cantones.
Evolución del uso de los instrumentos
En las primeras décadas de la Confederación Helvética después de 1848, el referéndum obligatorio era el único instrumento de democracia directa utilizado con frecuencia. Los hombres, únicos con derecho a voto, lo utilizaban a menudo para expresar su descontento. En la mayorÃa de las votaciones de la época, hubo mayorÃa del «no».
Esto cambió gradualmente tras la introducción del referéndum facultativo en 1874.
El referéndum facultativo ha hecho que el Gobierno y el Parlamento se esfuercen por alcanzar compromisos. Esto se debe a que la mayorÃa polÃtica electa tiene interés en evitar que los grupos descontentos con sus decisiones celebren un referéndum.
Según el Diccionario Histórico de Suiza, la proporción de referéndums facultativos celebrados a lo largo del siglo XX se ha estabilizado en «alrededor del 6%» de las propuestas legislativas.
Por su parte, el actual instrumento de la iniciativa popular se introdujo en 1891.
Su uso activo fue gradual. De 1891 a 1930, sólo surgieron 25 iniciativas populares. Desde los años 70, sin embargo, ha habido más de 40 cada década.
De 1891 a 2024, sólo se aprobaron 26 iniciativas populares. 14 de ellas, en el siglo XXI.