El Parlamento Europeo y el Consejo alcanzaron un acuerdo provisional para modificar el marco normativo aplicable a la seguridad de los juguetes comercializados en el territorio de la Unión Europea. Esta iniciativa legislativa se inscribe en el contexto de la adaptación del derecho de la Unión a determinados riesgos derivados del comercio electrónico y del desarrollo de juguetes con funcionalidades digitales.
El acuerdo establece nuevos requisitos vinculantes para los operadores económicos implicados en la cadena de suministro de juguetes, incluidos fabricantes, importadores, distribuidores y prestadores de servicios logísticos. Asimismo, introduce disposiciones aplicables a los mercados en línea, con el objetivo de garantizar la presentación de la información obligatoria previa a la adquisición de productos.
El texto acordado amplía el listado de sustancias prohibidas en juguetes. A la normativa ya existente sobre sustancias cancerígenas, mutágenas o tóxicas para la reproducción (CRM), se incorporan restricciones adicionales sobre sustancias que afectan al sistema endocrino, al aparato respiratorio, a la piel u otros órganos. También se establece la prohibición del uso de sustancias perfluoroalquiladas y polifluoradas (PFAS) y de determinadas variedades de bisfenoles. En cuanto a las fragancias alergénicas, se limita su utilización en juguetes destinados a menores de 36 meses o aquellos susceptibles de ser introducidos en la boca.
Los fabricantes estarán obligados a evaluar la seguridad de los juguetes previo a su introducción en el mercado. Dicha evaluación deberá contemplar los riesgos químicos, físicos, mecánicos, eléctricos, así como los relativos a la inflamabilidad, la higiene y la radiactividad. Además, deberán tenerse en cuenta características específicas de la población infantil destinataria, incluyendo potenciales riesgos derivados de funcionalidades digitales.
El texto legislativo incluye disposiciones que buscan la armonización con otros marcos regulatorios de la Unión Europea, entre ellos, el Reglamento General de Seguridad de los Productos, el marco de diseño ecológico y la Ley de Servicios Digitales. En lo que respecta a la trazabilidad, se introduce la obligatoriedad de incorporar un Pasaporte Digital del Producto (DPP) accesible, que contendrá información sobre el cumplimiento normativo y será visualizable, entre otros medios, a través de un código QR.
Tras la adopción del acuerdo provisional, se prevé que el Consejo lo apruebe formalmente, seguido del voto de conformidad por parte del Parlamento Europeo en segunda lectura. El reglamento resultante entrará en vigor 20 días después de su publicación oficial, concediéndose a los Estados miembros un plazo de 54 meses para proceder a su aplicación.
“Aunque ya contamos con los juguetes más seguros del mundo en la Unión Europea, uno de cada cinco productos clasificados como peligrosos y retirados del mercado por la UE era un juguete. Por lo tanto, era fundamental revisar la Directiva sobre la Seguridad de los Juguetes de 2009. Estamos reduciendo los riesgos que suponen las sustancias químicas peligrosas en los juguetes y garantizando un mejor etiquetado, incluso en la venta minorista en línea. Además, hemos preparado el reglamento para el futuro: la Comisión podrá reaccionar con mayor rapidez a los nuevos hallazgos científicos sobre sustancias químicas”, señaló la eurodiputada Marion Walsmann.
