El Tribunal General de la Unión Europea (TGUE) acogió el recurso deducido por una periodista y el diario estadounidense The New York Times para acceder a las conversaciones que la presidenta de la Comisión Europea y altos directivos de la empresa Pfizer mantuvieron durante la pandemia del Covid-19. Dictaminó que la negativa de la Comisión a facilitar esta conversaciones fue arbitraria e injustificada.
Con base en el Reglamento (CE) n.º 1049/2001, Matina Stevi, periodista del diario The New York Times, presentó una solicitud de acceso a la Comisión Europea para obtener la totalidad de los mensajes de texto intercambiados entre la presidenta Ursula von der Leyen y el presidente ejecutivo de Pfizer, Albert Bourla, durante el período comprendido entre el 1 de enero de 2021 y el 11 de mayo de 2022.
La Comisión respondió que no podía facilitar dichos documentos por estar fuera de sus facultades. Frente a esta decisión, la solicitante y el mencionado medio interpusieron un recurso ante el TGUE, solicitando la anulación de la negativa adoptada por la institución.
En su análisis de fondo, el Tribunal observa que, “(…) el Reglamento relativo al acceso a los documentos tiene por objeto conferir, de la manera más completa posible, el derecho de acceso del público a los documentos que obran en poder de las instituciones. De este modo, y por regla general, todos los documentos de las instituciones deben ser accesibles al público. No obstante, cuando, en respuesta a una solicitud de acceso, una institución afirma que un documento no existe, se presume la inexistencia de este, en virtud de la presunción de veracidad de que goza esa declaración. A pesar de ello, esta presunción puede ser refutada sobre la base de elementos pertinentes y concordantes aportados por el solicitante”.
Agrega que, “(…) a lo largo de todo el procedimiento, las respuestas proporcionadas por la Comisión en relación con los mensajes de texto solicitados se basan o bien en suposiciones, o bien en informaciones cambiantes o imprecisas. En cambio, la Sra. Stevi y The New York Times aportaron elementos pertinentes y concordantes que describen la existencia de intercambios —en particular en forma de mensajes de texto— entre la presidenta de la Comisión y el presidente y director ejecutivo de Pfizer, en el contexto de la compra de vacunas por la Comisión a la referida empresa durante la pandemia de COVID-19. De este modo, la Sra. Stevi y The New York Times han conseguido refutar la presunción de inexistencia y de no posesión de los documentos solicitados”.
Comprueba que, “(…) en una situación como la descrita, la Comisión no puede limitarse a afirmar que no tiene en su poder los documentos solicitados, sino que debe presentar explicaciones creíbles que permitan al público y al Tribunal General entender por qué no pueden encontrarse esos documentos. La Comisión no explicó en detalle el tipo de búsquedas que supuestamente se realizaron para encontrar esos documentos, ni especificó los lugares en que esas búsquedas se llevaron supuestamente a cabo”.
El Tribunal concluye que, “(…) por lo tanto, no proporcionó una explicación plausible para justificar que no estaba en posesión de los documentos solicitados. Además, la Comisión no aclaró suficientemente si los mensajes de texto solicitados se habían suprimido y, de ser así, si la supresión había sido voluntaria o automática, o si el teléfono móvil de la presidenta había sido sustituido en ese intervalo de tiempo. Por último, la Comisión tampoco explicó de manera plausible por qué consideró que los mensajes de texto intercambiados en el contexto de la compra de vacunas contra la COVID-19 no contenían información importante o que precisara de un seguimiento, cuya conservación debiera garantizarse”.
Al tenor de lo expuesto, el Tribunal anuló la resolución de la Comisión Europea, con costas.