Artículos de Opinión

Belicosidad vecinal.

Tenemos un nuevo ciclo de acusaciones y actos inamistosos contra Chile, de Perú y Bolivia (...) Situaciones demostrativas de una mayor belicosidad de estos vecinos, que deberíamos reconsiderar desde estas nuevas perspectivas

Tenemos un nuevo ciclo de acusaciones y actos inamistosos contra Chile, de Perú y Bolivia. Por Perú, somos acusados de espiar y contratar personal de la marina, para operaciones de inteligencia, con la fuerte reacción del Presidente Humala, que ha retirado temporalmente su Embajador, y tal vez, otras a futuro, acompañadas de declaraciones hostiles y amenazadoras. Podemos esperar que este episodio, no aclarado por parte de Chile más allá de su lógica negación, sea aprovechado por un gobernante abrumado con su falta de apoyo, y donde ni siquiera lo obtenido en el juicio de La Haya, a costa de Chile, le ha servido para remontar su declive y prolongar electoralmente su gestión. Ha decidido arriesgar una amplia y necesaria relación con Chile, para fines propios, basado en un nacionalismo belicoso.

Estas acusaciones, siempre complican toda relación entre países, ya que nunca un espionaje es admitido y acarrea imprevisibles consecuencias. Lo hemos vivido en oportunidades pasadas con los propios peruanos, pues también se acusó y condenó a efectivos de la armada de espiar para nosotros. Y se añaden aquellos asuntos que consideran pendientes en materias limítrofes, como el conocido caso del triángulo terrestre reclamado. Deberíamos estar atentos a que el Perú vincule estos temas, interrumpa otros vínculos, adopte más medidas de retorsión, o hasta busque provocaciones adicionales. De acontecer, quedaría en evidencia que el Juicio marítimo de La Haya, les ha dado mayores impulsos por sus resultados favorables, y ha sido un objetivo más, dentro de una política de mediano y largo plazo, que busca continuar avanzando en reivindicaciones largamente programadas. Chile mantiene la prudencia aconsejable, aunque podría confundirse con debilidad, y avivar mayores presiones.

Bolivia, por su parte, prosigue su bien armada campaña política y diplomática, acompañada de una penetrante acción comunicacional, que está recogiendo apoyos, por sobre los tímidos y reactivos esfuerzos chilenos. Visitas anunciadas como la su Agente y Canciller a Chile, en medio del pleito, y justo antes de que comiencen los alegatos orales en la Corte, relativos al juicio preliminar sobre la impugnación de su competencia que interpusimos, no es más que otra provocación en la propia casa de la contraparte. Perfectamente saben que no lograrán mayores apoyos de nuestra ciudadanía, salvo aquellos casos aislados contracorriente ya conocidos. No obstante sea una acción temeraria que busca debilitar mediáticamente nuestra posición, tan solo por la lógica difusión que recibiría. Todo ello, sin que aminoren ni las declaraciones hostiles, ni los gestos, ni los epítetos que Evo Morales acompaña constantemente todo lo relacionado con el caso. Chile, en cambio, sigue aferrado a su triunfalismo jurídico, e insiste en una voluntad negociadora sobre los puntos pendientes, salvo el acceso soberano marítimo, radicado en La Haya. Buena disposición no respondida por Bolivia y potencialmente contradictoria, que podría llamar a confusión a la propia Corte, a la que Bolivia demandó que sentenciara a Chile a negociar este punto preciso.

Situaciones demostrativas de una mayor belicosidad de estos vecinos, que deberíamos reconsiderar desde estas nuevas perspectivas (Santiago, 17 marzo 2015)

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