Artículos de Opinión

Definiciones sobre Estado Social: principios básicos.

Desde una perspectiva sociopolítica, las reivindicaciones sociales se trasladan desde el ciudadano al Estado, el que empieza a incorporar entre sus funciones la asistencia social, hecho que no significará la reducción de la función del Estado del traspaso de la caridad privada a una pública, sino que genera un conjunto de derechos que protegen a los trabajadores y sus familias, lo que transforma la concepción de la función del Estado entendida ahora como una responsabilidad jurídica, garantizada a nivel constitucional, donde la persona necesitada deja de ser objeto de la relación asistencial y se convierte en un sujeto portador de derechos.

Los dones que provienen de la justicia son superiores a los que se originan en la caridad. (Khalil Gibran)

El Estado Social, Estado Benefactor, Estado Providencial o Estado de Bienestar es un concepto de la ciencia política y económica con el que se designa a una propuesta política o modelo general del Estado y de la organización social, según la cual el Estado provee servicios con el objeto de materializar de los derechos sociales a la totalidad de los habitantes de un país[1].​ El sociólogo británico Thomas H. Marshall describió el Estado de Bienestar moderno como una combinación distintiva de democracia, bienestar social y capitalismo[2]. Así correspondería a un tipo de economía mixta en el cual el Estado financia las instituciones gubernamentales para el cuidado de la salud y la educación, seguridad social, entre otros, junto con el aporte de beneficios directos otorgados a ciudadanos individuales[3]. En la práctica, este Welfare State (en alemán, por su origen) orienta sus acciones y ejercicios para lograr la redistribución económica y bienestar general de la población y esto lo hace a través de un conjunto de instituciones públicas proveedoras de servicios sociales, dirigidas a mejorar las condiciones de vida y a promocionar la igualdad de oportunidades de sus ciudadanos[4]. Para lograrlo el Estado actúa en la economía y en la sociedad para mejorar la redistribución de la riqueza y las condiciones socioeconómicas y la entrega garantizada de derechos sociales de la población por medio de la política fiscal a través de la cual se obtienen ingresos de renta, patrimonio y actividades económicas con las que luego se puede desarrollar políticas públicas orientadas al interés general. Por cierto, es de ahí que no toda la gente esté de acuerdo con el Estado de Bienestar, ya que supone retirar fondos de algunos agentes para invertirlos en otros, denominados “clases pasivas”.

Se caracteriza por ser un Estado de Derecho, fundado en el principio de legalidad y en el respeto de derechos fundamentales, de suerte que la fuente y medida de toda autoridad sea el Derecho mismo. Es también un Estado democrático, en que el poder electoral reside en el pueblo y su ejercicio se verifica en el poder a través de instituciones, procedimientos y técnicas representativas y participativas. Por último, es un Estado de garantías, que protege el goce efectivo de derechos económicos, sociales y culturales[5]. Entonces, desde una perspectiva económica el Estado ejerce una función directiva respecto de la propensión al consumo a través del instrumento fiscal, la socialización de las inversiones y la política del pleno empleo[6], evitar las crisis cíclicas del capitalismo y la redistribución de la riqueza. Desde una perspectiva sociopolítica, las reivindicaciones sociales se trasladan desde el ciudadano al Estado, el que empieza a incorporar entre sus funciones la asistencia social, hecho que no significará la reducción de la función del Estado del traspaso de la caridad privada a una pública, sino que genera un conjunto de derechos que protegen a los trabajadores y sus familias, lo que transforma la concepción de la función del Estado entendida ahora como una responsabilidad jurídica, garantizada a nivel constitucional, donde la persona necesitada deja de ser objeto de la relación asistencial y se convierte en un sujeto portador de derechos[7]. Con todo lo anterior se consigue la ecuación keynesiana: compaginar la justicia social con la acumulación de capital.

En términos teóricos, el autor de la conceptualización del Estado Social de Derecho[8] fue Hermann Heller. Heller postula un Estado de Derecho democrático basado en las relaciones reales de poder, siendo Estado y Derecho los medios de organización de sociedad, en el que el Derecho es una técnica de organización social que puede asumir una función al servicio de la transformación de la sociedad, poniendo de relieve la tensión entre la forma jurídica del Estado democrático-social de Derecho y los poderes económicos fácticos que presionan sobre la toma de decisión del poder público[9]. Por su parte, la noción de «Estado Benefactor» tiene su origen en el año 1946, como consecuencia de la experiencia traumática de la crisis generalizada producto de la Gran Depresión que trajo el desempleo y la miseria a millones. En esos años, sumado a la crisis en la legitimación de la democracia y del Estado de Derecho (los que debían ser salvados no solo de la dictadura fascista, sino también del declive al que lo habían llevado el positivismo jurídico y los intereses de sectores dominantes[10]) el Estado de Bienestar fue visto como un «camino intermedio» entre los extremos del comunismo de la izquierda y el laissez-faire del capitalismo de la derecha que intentó reinstalarse en los países europeos después de la segunda guerra mundial sin buenos resultados. Ante las altas demandas sociales como consecuencia de la segunda guerra la lógica del Estado liberal no fue suficiente para enfrentar dicha crisis echando mano a un capitalismo deshumanizado cuya lógica responde a que los criterios económicos son los únicos válidos para explicar el comportamiento humano en la sociedad y para el diseño de políticas públicas[11]. En respuesta se avanzó hacia un sistema que, siguiendo modelos de corte keynesiano, elaborara un modelo que aunara estas necesidades, con lo que se dio paso a una nueva política económica basada esencialmente en la intervención sistemática del Estado al que se asigna un papel económico central.

Respecto a lo anterior hay que aclarar de inmediato que no se trata de un Estado socialista o totalitario. Esto se puede responder desde una perspectiva económica y otra filosófico-política. Desde la primera, el modelo de Estado Social funda su estructura en el modelo económico de la Economía Social de Mercado (ESM) o Soziale Marktwirtschaft, la cual, en síntesis, es una “combinación del principio de la libertad de mercado con el principio de la equidad social”. Es un sistema económico que se desenvuelve bajo las reglas del mercado capitalista y que busca combinar las necesidades de la libertad económica, por un lado, con la justicia social, por otro, estableciendo un cuidado equilibrio entre ambos principios donde ninguno está por sobre el otro, sino que ambos se complementan por cuanto este modelo comprende que ambos son necesarios para que el Estado pueda desenvolverse apropiadamente.

Como preludio, la ESM reconoce al capitalismo como una realidad económica, pero que para alcanzar sus objetivos de justicia y equidad social requiere de un marco jurídico coherente para desenvolverse con suficiencia. Lo anterior no impide que la “imagen maestra” (Leit-Bild) del mercado esté siempre configurada y respetada por la legislación y logre el libre intercambio a través del mecanismo privado de los precios[12]. Es más, el modelo social de mercado faculta la consagración de varias garantías de carácter constitucional o legal, como la libertad económica, la propiedad privada, la defensa de la libre competencia entre otros. Pero, al mismo tiempo -y esto es lo trascendental- enarbola la defensa de los derechos del consumidor y de la sociedad asegurándose un campo razonable de acción en el mercado y en la justificación de la dictación de toda normativa que pudiera ir “en contra” del mercado con el fin de frenar el ejercicio abusivo de ciertas técnicas en desmedro de la sociedad. En ese sentido la ESM comprende que el mercado no es un mecanismo perfecto, sino que es defectible y puede presentar importantes fallas que se manifiestan de distintas formas, como la irracionalidad de los agentes financieros, las situaciones de concentración, cartelización, oligopolio e integraciones verticales, la opacidad del mercado, la asimetría de la información, y el abuso puro y simple del más fuerte[13]. Todas éstas y más son neutralizadas mediante formas diversas de autorregulación asociativa y de regulación estatal. Una idea que puede resumir lo anterior es ver el lugar que la ESM le asigna al mercado en la economía: en el modelo social, no es la economía la que está al servicio del mercado, sino a la inversa. Es decir, el mercado libre y competitivo debe subordinarse, porque se entiende que es (sólo) un medio para lograr el fin más alto que debe aspirar la economía que es (y así lo entiende este modelo económico a diferencia del modelo capitalista) la comunicación del bienestar. Entonces, como en un sistema desregulado el rendimiento económico comporta riesgos humanos ellos deben ser corregidos y compensados al interior de la sociedad por un programa social amplio y variado inspirado en los principios de subsidiariedad, solidaridad y participación. Un tema central será la accesibilidad de los bienes humanos básicos: ya que bajo este modelo es esencial que logren ser alcanzados por todos los miembros de la sociedad, su transacción muchas veces ha de fundarse en títulos no exclusivamente utilitarios[14].

En esencia, el sistema de la Economía Social de Mercado, sobre la cual se basa el principio de Estado Social, se moldea desde el intento consciente de sintetizar todas las ventajas del sistema económico de mercado: fomento de la iniciativa individual, productividad, eficiencia, tendencia a la auto-regulación, con los aportes fundamentales de la tradición social cristiana de solidaridad y cooperación, que se basan necesariamente en la equidad y la justicia en una sociedad dada. Así, propone un marco teórico y de política económico-institucional que busca combinar la libertad de acción individual dentro de un orden de responsabilidad personal y social, es decir, una síntesis de la tradición político-económica liberal (derechos individuales, republicanismo, mercado) con el pensamiento social-cristiano (justicia social, solidaridad). Müller-Armack plasmó la idea fundamental de la Economía Social de Mercado tomando en cuenta las respectivas condiciones de cada sociedad para su implementación política y diseñó el concepto político de la Economía Social de Mercado como una idea abierta y no como una teoría cerrada lo que permite, por un lado, adaptar el concepto a las condiciones sociales cambiantes y, por el otro, poner de manifiesto que la dinámica de la Economía Social de Mercado exige necesariamente una apertura frente al cambio social. Es posible advertir que este modelo busca el mejor ordenamiento posible en economía en una sociedad determinada, lo que conlleva necesariamente a la existencia de un conjunto coherente de principios económicos, instituciones, condiciones sociales y consideraciones éticas. Finalmente, la ESM se aleja de una orientación eminentemente economista para pasar a aplicar un enfoque interdisciplinario lo que se refleja en las distintas disciplinas de las que se basa (economistas, juristas, sociólogos, teólogos, etc.). Es por ello que se puede afirmar que la Economía Social de Mercado fue pensada como una alternativa social a la economía de liberal de mercado al estilo clásico y como una alternativa liberal frente a un modelo planificado[15].

Desde la perspectiva filosófico-política, el Estado Social de Bienestar principia sus valores en la teoría socialdemócrata[16] de la igualdad social. Aunque este concepto es ampliamente discutido entre filósofos para determinar cuál es su sentido primordial[17], los socialdemócratas clásicos están relativamente de acuerdo en que su objetivo esencial es dejar atrás el ideario de la igualdad política vía la «lucha de clases democrática» para avanzar hacia una igualdad económica e igualdad social[18]. Pero una precondición mínima para lograr eso es la eliminación de la pobreza[19] y es por ello por lo que el ideal socialdemócrata se expresa a menudo en términos de la «ciudadanía social»[20], es decir, que todos tengan los medios para participar plenamente en la vida de la comunidad. Eso no necesariamente trae consigo una igualdad estricta de ingresos o riqueza, sino que involucra algo mayor, como la igualdad de «respeto e igualdad de intereses»[21], o la «igualdad de valor» de todos los ciudadanos[22]. Con todo, lo más relevante de esta visión social es que la teoría económica social asociada a ella logra explicar por qué el ideal de igualdad social no puede lograrse bajo las condiciones de competencia capitalista y qué reformas económicas deben instituirse para lograr dicho ideal.

De todo lo anterior es posible llegar a sistematizar que el Estado Social de Bienestar es un sistema político y económico que aplica el capitalismo para lograr el pleno empleo mediante una intervención activa del Estado en la entrega y aseguramiento de prestaciones de seguridad social en igualdad de condiciones. De esta forma, se consigue una amplia cobertura de derechos sociales a la ciudadanía y se aseguran altos estándares de equidad y justicia social: los gastos en salud, educación, y otros dejan de constituir la brecha que determina los estándares de vida de las personas. (Santiago, 12 mayo 2023)

 

[1] https://web.archive.org/web/20140201194305/http://www.observatoridesc.org/es/que-son-els-descs

[2] Marshall, T. H. (Thomas Humphrey) (1950). Citizenship and social class, and other essays. Cambridge [Eng.] University Press.

[3] O’Hara, Phillip Anthony, 1954- (1999). Encyclopedia of political economy. Routledge/Taylor & Francis Group. ISBN 0-203-44321-7.

[4] Navarro Ruvalcaba, Mario Alfredo. (2006). Modelos y regímenes de bienestar social en una perspectiva comparativa: Europa, Estados Unidos y América Latina. Desacatos, (21), 109-134. Recuperado en 04 de octubre de 2021, de http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1607-050X2006000200008&lng=es&tlng=es.

[5] VIERA ÁLVAREZ, CHRISTIAN. (2014). ESTADO SOCIAL COMO FÓRMULA EN LA CONSTITUCIÓN CHILENA. Revista de derecho (Coquimbo), 21(2), 453-482. https://dx.doi.org/10.4067/S0718-97532014000200014

[6] BOBBIO, Norberto: ENTRE DOS REPÚBLICAS. En los orígenes de la democracia Italiana. 2002, Buenos Aires. Siglo XXI Editores

[7] CONTRERAS PELÁEZ, Francisco José (1996): Defensa del Estado Social (Sevilla, Universidad de Sevilla).

[8] CHRISTIAN VIERA ÁLVAREZ ESTADO SOCIAL COMO FÓRMULA EN LA CONSTITUCIÓN CHILENA. Revista de Derecho Universidad Católica del Norte Sección: Ensayos Año 21 – Nº 2, 2014 pp. 453-482; Abendroth, Wolfgang; Forsthoff, Ernst; Doehring, Karl (1986): “El Estado del derecho democrático y social como proyecto político”. En Abendroth, Wolfgang: El Estado Social. Madrid, Centro de Estudios Constitucionales, pp. 9-42., p. 20; García-Pelayo (1989) 16; Jimena Quesada, Luis (1997) La Europa Social y democrática de derecho, Madrid, Dykinson. 370 pp., p. 53.

[9] Heller, Hermann: Teoría del Estado, Granada, Comares. I-XIL pp., p. XI

[10] Viera Álvarez, C. (2015). The Estado social como fórmula en la Constitución Chilena. Revista De Derecho (Coquimbo. En línea)21(2), 453-482. Recuperado a partir de https://revistaderecho.ucn.cl/index.php/revista-derecho/article/view/1920

[11] Heller, Hermann (2004 b) Teoría del Estado. Granada, Comenares. 330 pp., pp. 244-249.

[12] ¿Qué es una economía social de mercado?, por Julio Alvear. Mercurio Legal el pasado martes 25 de mayo. En: https://derecho.udd.cl/centro-justicia-constitucional/2021/05/26/que-es-una-economia-social-de-mercado-por-julio-alvear/

[13] Para Alvear es absurdo hablar del mercado ideal cuando el marcado real cumple pocas o ninguna de sus condiciones mínimas. Ibid.

[14] Álvarez-Uría, Fernando (2002) “Estado social versus neoliberalismo”. En: Acciones e investigaciones sociales, Nº 16, pp. 13-23

[15] Al grupo de intelectuales y políticos que dieron origen a la ESM se los considera asociados a una corriente de pensamiento denominada ordoliberalismo. Esta denominación, en principio, tiene su origen en la combinación del liberalismo con el concepto de orden (la palabra latina ordo, que significa orden, era asimismo el título de la publicación fundada por Walter Eucken, y que reunía las colaboraciones del grupo (Ordo, Jahrbuch für die Ordnung von Wirtschaft und Gesellschaft). Asimismo, implicaba la intención del grupo de realizar una síntesis entre los aspectos valiosos de la tradición económica y política del liberalismo con el renacimiento de los estudios neo-escolásticos en cuanto a una fundamentación fuerte (ontológica) de la dignidad de la persona humana. Estos elementos eran sobre todo tenidos en cuenta a la hora de desarrollar la firme base de un sistema político y económico centrado en la dignidad y los derechos de la persona humana, que resultara una respuesta y prevención permanente frente al doble desafío de tendencias totalitarias como el nazismo y el comunismo

[16] La socialdemocracia es una ideología política, social y económica, que busca apoyar las intervenciones estatales, tanto económicas como sociales, para promover mayor equidad económica e igualdad social en el marco de una economía capitalista. Es un régimen de política que implica un compromiso con la democracia representativa, medidas para la redistribución del ingreso y regulación de la economía en las disposiciones de interés general y Estado de bienestar. La socialdemocracia tiene como objetivo crear las condiciones para que el capitalismo conduzca a mayores resultados democráticos, igualitarios y solidarios; y se asocia a menudo con el conjunto de políticas socioeconómicas que se hicieron prominentes en el norte y el oeste de Europa —particularmente de organización social de los países nórdicos— durante la segunda mitad del siglo xx. No hay que confundirlo con socialismo democrático. Gombert, Tobias (2009). Foundations of social democracy (PDF). Berlín: Friedrich-Ebert-Stiftung. p. 8. ISBN 9783868722154. OCLC 641342893. Consultado el 24 de junio de 2014.

[17] (Sen, 1980).

[18] Ritter,  Gerhard  (1991): El  estado  social,  su  origen  y  desarrollo  en  una  comparación  internacional Madrid,  Centro  de  Publicaciones   Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, 300 pp

[19] También la democracia social ha tenido muchas variantes. Los autonombrados «socialdemócratas» ponen poco énfasis en la lucha de clases en el ámbito del «trabajo versus capital». Los socialdemócratas «suaves» han dejado de poner el énfasis en la «igualdad social» como un fin, y están de acuerdo, particularmente, en bajar sus exigencias de igualitarismo para enfocarse en una «igualdad de oportunidades». Cita 8

[20] Marshall, T. H. (Thomas Humphrey) (1950). Citizenship and social class, and other essays. Cambridge [Eng.] University Press.

[21] Dworkin, Ronald (1978) Los derechos en serio. Editorial Ariel.

[22] (Comisión de Justicia Social, 1993)

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  1. El «Estado social y democrático de derecho» estaba en el Art. 1 de la propuesta rechazada el 4/9/22. Es tan dañino como esa propuesta rechazada.

    Supongamos que existe un país o pueblo con solo tres familias.
    De las tres familias hay una muy trabajadora y responsable.
    Las familias deciden implantar el famoso “Estado social y democrático de derecho”.
    Con eso el Estado está obligado a realizar toda función y servicio público que se establezca en la Constitución. Los particulares podrán realizar un servicio público. Sin embargo, el Estado puede sustituirlos.
    La familia trabajadora y responsable es la que más se esfuerza y se desgasta en mantener al Estado. Es la que más dinero tributa.
    Las otras familias comienzan a aprovecharse, a vivir del esfuerzo de la familia trabajadora. Como ningún particular puede reemplazar al «Estado social», la familia trabajadora está obligada a mantener a los aprovechadores.
    Con eso ningún país prospera.