Por Elke von Loebenstein M.
En una entrevista con Diario Constitucional, el presidente del Colegio de Abogados reflexiona sobre los principales desafíos que enfrenta la institución, como la incorporación de nuevos miembros, la importancia de la ética profesional y el impacto de la tecnología, además de abordar temas como la colegiatura obligatoria y la percepción de la profesión legal en la sociedad.
1. ¿Cuáles son los principales desafíos que enfrenta hoy el Colegio de Abogados?
En mi parecer son dos: 1) incorporar a más asociados y, en particular a gente joven que es renuente a participar en asociaciones de este tipo porque no les ofrece nada a cambio. 2) el segundo desafió, consecuencia del anterior, es demostrar que la existencia de los Colegios es fundamental para resguardar el buen ejercicio de la profesión. El Colegio de Abogados trabaja mucho en pos de ello, pero somos un colegio, no un medio de comunicación ni expertos en publicidad y, por eso, no sabemos dar a conocer muchas de las cosas que hacemos.
2. ¿Qué estrategias se están implementando para fortalecer la ética y la transparencia en la profesión?
No se trata de estrategias. Lo que tenemos es un sistema de control ético que cada día es más difícil de financiar, porque requiere de abogados contratados por el Colegio que se dedican a tiempo completo a investigar y tramitar las denuncias que se reciben. Además, el Colegio cuenta con un Tribunal Ético independiente (es lo que exige la Constitución en su art 19 N°16) formado por jueces ad honorem que se renuevan cada 4 años.
3. ¿Qué impacto cree tiene la inteligencia artificial en el ejercicio de la profesión? ¿Se está preparando el gremio para estos cambios?
Por ahora, poco. Pero el avance que se está produciendo es muy rápido y, es probable que en un año más ya sea algo que se note.
Se trata de una herramienta que está empezando a desarrollarse; eso ocurrirá rápido y ello producirá cambios. Eso si, cambios de esa especie ya se han producido; por ejemplo, hasta hace algunos años la jurisprudencia solo aparecía en revistas; hoy esas desaparecieron y han sido reemplazadas por buscadores digitales, incluso gratuitos, como el que tiene la Corte Suprema
En el Colegio seguiremos dando charlas sobre el avance que está teniendo esta nueva herramienta que, sin dudas, provocará cambios en la forma de trabajar de los abogados.
4. ¿Qué hace el Colegio para apoyar a los abogados jóvenes y facilitar su inserción laboral?
El Colegio no tiene entre sus fines la inserción laboral. Lo que hacemos es brindar apoyo dentro de nuestro medios mediante charlas periódicas, y realizando actividades, especialmente con abogados que han recibido recientemente su título.
5. ¿Cuáles son las principales falencias que el Colegio de Abogados observa en el sistema judicial?
Prefiero no hablar de falencias, sino de los esfuerzos que se hacen para superarlas, porque ciertamente las hay. Desde hace tiempo que la Corte Suprema y las Cortes de Apelaciones vienen desarrollando importantes labores para mejorar la administración de justicia. Dentro de ellas podemos señalar el proceso de digitalización de causas que concluyó en la Ley de Tramitación Electrónica, que fue promovida desde la Corte Suprema. Ello permitió que, iniciada la pandemia, el Poder Judicial siguiera operando.
Sin dudas hay problemas. El más serio es la enorme demora en la tramitación, pero me consta que el poder judicial está consciente de ello y tratando de hacer lo mejor que puede para disminuir los tiempos de tramitación.
6. ¿Cuál es la postura del Colegio de Abogados sobre la coexistencia de un sistema escrito y otro predominantemente oral en distintas áreas del derecho?
Llevamos mucho tiempo reclamando que se debe hacer una reforma orgánica a todos los procedimientos tanto para modernizarlos como para hacer que todos ellos operen de modo coherente. Los procesos modernos son esencialmente orales, pero ello requiere contar con una dotación de jueces y funcionarios acorde con esas necesidades, lo que exige que el Estado destine muchos más recursos económicos para ello. Con la dotación actual de tribunales es ilusorio pensar en modernizar el proceso civil que es el más atrasado. Con todo, la oralidad tampoco es la panacea.
7. ¿Qué opinión tiene el Colegio de Abogados frente a la exposición mediática que se observa en la práctica de algunos letrados? ¿Piensa que el juicio de la opinión pública puede influir en las decisiones judiciales?
En lo que refiere a la información a la prensa, hay que recordar que el art 101 del Código de ética regula la relación de los abogados con los medios poniendo límites. “Ante los medios de comunicación el abogado debe actuar con veracidad en sus aseveraciones, moderación en sus juicios y contar con el consentimiento informado o presunto de su cliente. Es contrario a la ética profesional servirse de los medios de comunicación para el elogio de sí mismo, aún a pretexto de colaborar con ellos o de defender los intereses de un cliente.”
Desde el Colegio hemos criticado el abuso de los medios de prensa y las filtraciones a ella para influir en las decisiones que deben tomar los jueces, cuestión que el Código de Ética reprueba (arts. 95 letra a y art 105), porque no cabe duda de que la prensa puede influir en las decisiones que toman los jueces.
8. ¿La colegiatura obligatoria contribuiría de mejor manera al ejercicio de la profesión y al control ético?
Sin dudas; pero no hay unanimidad en la conveniencia de ello. Muchos abogados me han señalado el peligro que acecharía a la profesión si se volviera a la colegiatura obligatoria y el Colegio fuera controlado políticamente.
La colegiatura obligatoria es la regla general absoluta en todo los países civilizados y más liberales y existió en Chile hasta 1980, sin que se generaran mayores problemas con ella. A partir de 1980 dejó se ser obligatoria lo que vino a producir reales efectos solo a partir de fines de los 90, cuando el cambio de sistema universitario permitió la proliferación de abogados. Y a partir de eso, se observa que esto puede conducir a un fracaso importante. Los abogados están investidos de la potestad de patrocinar demandas y no es aceptable que se presenten demandas que no cuentan con fundamentos serios, pero su sola presentación ya irroga perjuicios.
Habría sido ideal que no existiera colegiatura obligatoria, pero esa falencia está minando las bases de la profesión. La afiliación garantizará un control ético de sus asociados por el propio Colegio. Hoy día se permite un libertinaje que puede llegar a destruir la profesión en la medida que disminuyan los que estén dispuestos a someterse a reglas éticas al pertenecer al Colegio de Abogados. Los Colegios dictan reglas que norman el ejercicio de la profesión (la lex artis). En un mundo donde empiezan a ser habituales las demandas de responsabilidad profesional en contra de abogados, será esencial que el abogado se pueda defender invocando esas reglas. Hoy día la lex artis no la determina nadie, dejando al abogado sujeto a una responsabilidad sin límite alguno.
9. ¿Cómo cree que hoy se pondera la profesión legal por la opinión pública? ¿Qué hace el Colegio de Abogados para incrementar el nivel de confianza en los letrados y en el sistema judicial?
El problema con la profesión legal es que interviene en áreas muy sensibles para el ser humano y, además, actuando en posiciones antagónicas. El que cree tener un derecho contrata a un abogado para que lo defienda, y su contraparte contrata a otro que se opone a esa pretensión que la demandante estima absolutamente justa. La visión, entonces, de uno y otro lado es que hay un abogado que es un rufián que defiende intereses espurios. Con los fallos de los tribunales pasa algo parecido: defraudan al 50% de su clientela, porque necesariamente fallan a favor de una parte y en contra de la otra, que en adelante despreciará a la justicia.
Por eso el llamado del Colegio a cuidar de la ética. Porque si además esa contraposición de intereses se traduce en una lucha sin reglas, la sensación de que hay corrupción aumenta exponencialmente.
10. ¿Cómo evalúa la preparación de los abogados que se incorporan al foro profesional? ¿Estima que el número de abogados que anualmente presta juramento ante la Corte Suprema es excesivo?
No tengo antecedentes para pronunciarme sobre eso, especialmente porque se incorporan cada año más o menos 5.000 nuevos abogados. Ese número suena excesivo, pero no sé qué medidas se pueden tomar para limitarlo. Tampoco estoy seguro de que deba limitarse.