A propósito del seminario "La jurisdicción constitucional en Alemania y en Chile", realizado recientemente en las dependencias del Tribunal Constitucional, su presidente, el Ministro Iván Aróstica, afirmó que "en ninguna otra instancia institucional se cruzan con tanta evidencia, como en los tribunales constitucionales, las cuerdas de la política y las cuerdas del derecho y la justicia", agregando que “para el logro de ese equilibrio difícil entre las realidades de la política y los imperativos de la justicia, no hay reglas exactas ni hay modelo que ofrezca respuestas para todo".
Y es que, manifestó el Ministro Aróstica, "la justicia constitucional supone estudio constante, rigor jurídico a toda prueba y una resuelta lealtad tanto a la letra como al espíritu de la Constitución. Supone también, por supuesto, una cuota no menor de prudencia, esa vieja y a menudo subestimada virtud que para Aristóteles designaba la recta justicia no solo en el pensamiento sino también en la acción".
Asimismo, y en relación al quiebre institucional de 1973, adujo "que significó el derrumbe de la democracia chilena", al paso que citó "experiencia totalitaria nazi" que vivieron los alemanes.
De esa manera, concluyó su discurso sosteniendo que en "las dinámicas de la ley de las mayorías y el respeto a las garantías de los derechos suele haber un foco de conflictos que es preferible que el orden institucional anticipe y afronte. La peor solución es eludir el problema".
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