Una Sala del Superior Tribunal de Justicia de La Pampa (Argentina) absolvió a un psicólogo que había sido condenado por abuso sexual contra una paciente, al considerar que no se probó el delito más allá de toda duda razonable.
El Tribunal cuestionó que la acusación se basara casi exclusivamente en el testimonio de la denunciante, sin corroboración objetiva.
Criticó la falta de una pericia psicológica que pudiera probar la falta de consentimiento por relación de poder. Otros profesionales de salud mental declararon en contra de las conclusiones de la entrevistadora de la cámara Gesell, lo cual no fue debidamente considerado en la condena inicial. Además, el testimonio de la operadora de cámara Gesell no equivale a una pericia psicológica, siendo esta última crucial para probar elementos del tipo penal.
Consideró que no se puede presumir una relación asimétrica insalvable entre psicólogo y paciente adulta solo por normas de ética profesional.
También remarcó que la perspectiva de género no implica flexibilizar el estándar probatorio ni la presunción de inocencia.
El fallo destaca señala que, «No se cuestiona la decisión previa, en la instancia de procedimiento intermedio y de preparación del debate oral, de recibir el testimonio de una mujer adulta en un dispositivo en principio diseñado para menores, pero sí es dable recalcar que la edad de la víctima no limitaba el andamiaje probatorio, sino que, por el contrario, habilitaba profundizar otros elementos que la fiscalía no abordó.»
Esta decisión pone de relieve los estándares probatorios exigidos en casos de abuso sexual y la aplicación del principio de inocencia, aún en contextos donde se debe aplicar perspectiva de género.