Artículos de Opinión

El proceso constituyente chileno no está cerrado con el borrador de Nueva Constitución.

Podemos afirmar que el “borrador” de Nueva Constitución es precisamente eso, un borrador independiente de algún ajuste que pueda hacerse en la Comisión de Armonización, y que claramente no es la Constitución que quiere Chile.

Una Constitución debe ser de amplias mayorías, no solamente en relación con quórums de aprobación circunstanciales, sino que también que contenga distintas visiones políticas. En efecto, gran parte del borrador de Nueva Constitución ha sido elaborado excluyendo a varios colectivos políticos, como de sectores de la sociedad civil, preocupándose en la aprobación de normas por los porcentajes exigidos, más que en la búsqueda de acuerdos transversales. Ello puede explicar que una serie de encuestas evidencian un alto grado de descontento con el producto del borrador de Nueva Constitución. Tanto es así que, en algunas, solamente el 11% de los encuestados está por aprobar el texto constitucional sin modificaciones, otros sugieren rechazar para reformar como también aprobar para reformar. Es decir, podemos afirmar que el “borrador” de Nueva Constitución es precisamente eso, un borrador independiente de algún ajuste que pueda hacerse en la Comisión de Armonización, y que claramente no es la Constitución que quiere Chile.

Por lo anterior, debiésemos considerar nuevas alternativas para superar esta etapa constitucional, estimando algunos aspectos positivos del actual proceso, pero especialmente, integrando experiencia de otros países en que el porcentaje de aprobación de sus Constituciones ha sido alto por parte de la ciudadanía. Así, por ejemplo, un caso relevante es el de España, dado que hubo participación y acuerdo de diversas fuerzas políticas, lo que generó un alto porcentaje de aprobación ciudadana.

En efecto, en el caso español, se comenzó con ponentes de variados espectros políticos, tres por parte de Unión de Centro Democrática (UCD); uno por el Partido Socialista Obrero Español (PSOE); uno por el Partido Comunista de España (PCE); uno por Alianza Popular (AP); y uno por Minoría Catalana. Posteriormente fue aprobada por las Cortes Generales en sesiones plenarias del Congreso de los Diputados y del Senado. En el Congreso los resultados de la votación fueron los siguientes: 325 a favor, 6 en contra y 15 abstenciones. En el Senado, de 239 asistentes, votaron a favor, 226; en contra, 5 y las abstenciones fueron 8. Y, fue ratificada por el pueblo español en referéndum de 6 de diciembre de 1978 con el 88,4% de votos afirmativos.

En definitiva, el borrador de Nueva Constitución está lejos de cerrar el proceso constituyente. No obstante, puede servir de insumo para considerar algunas ideas y propuestas, al igual que las iniciativas ciudadanas que han sido descartadas en el proceso. Chile merece una Nueva Constitución que sea producto de un gran acuerdo nacional, que obtenga una aprobación ciudadana amplía, que genere estabilidad al texto constitucional como al país. De lo contrario, la cuestión constitucional seguirá vigente, una vez más, y con razón. (Santiago, 25 junio 2022)

 

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