El Tribunal Supremo español confirmó la condena de siete años de prisión y tres años y medio de inhabilitación para el ejercicio de su profesión a un psiquiatra que abusó sexualmente de su paciente.
La alta magistratura desestimó el recurso de casación interpuesto en contra de la sentencia de la Audiencia Provincial que declaró la culpabilidad del psiquiatra por el delito continuado de abuso sexual con acceso carnal, que le impuso la pena de prisión e inhabilitación, así como el pago de una indemnización de 20.000 euros (diecinueve millones de pesos aproximadamente) a la víctima por los daños sufridos.
El Tribunal rechazó la teoría planteada por el recurrente, en la cual sostenía que las relaciones eran totalmente consentidas, lo que a su juicio se justificaba en el contenido de los mensajes de texto y conversaciones de WhatsApp mantenidas entre él y la denunciante. Dichas conversaciones fueron aportadas al proceso voluntariamente por la víctima.
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Al respecto, señala el Tribunal que la sentencia recurrida sí realizó el análisis de los mensajes de texto y conversaciones de WhatsApp aportados como prueba al proceso. En ese sentido, el fallo impugnado sostiene que los mensajes deben ser interpretados en el contexto de una relación de superioridad entre el acusado psiquiatra y su paciente la víctima, la que no es simplemente una relación entre dos adultos, que libremente aceptan mantener entre ellos de manera secreta una relación extramatrimonial que se prolonga en el tiempo, pues es evidente la relación asimétrica en la que se encontraban en razón de sus roles. Es un hecho probado en la causa que el acusado fue el médico psiquiatra de la mujer durante casi nueve años, en el transcurso de ellos, el acusado comienza a tener relaciones sexuales con ella tras conocer por su profesión todas las intimidades, debilidades y miedos de la víctima. Asimismo, el recurrente se presentó como la persona que podía curarla de sus problemas de anorexia y bulimia a cambio de dinero.
El máximo Tribunal destaca que es en ese contexto en el que se producen los hechos, en los cuales la posición ventajosa de superioridad del acusado aparece con deslumbrante claridad. En ese sentido, precisa que la víctima acudía periódicamente a buscar consejo médico, medicación, y pautas para su curación y se encuentra con una persona que abusa de la relación de confianza, provocando una relación sexual en el que el consentimiento de la víctima aparece completamente viciado.
Asimismo, el Tribunal tiene presente que, en los mensajes, se pueden leer en muchas ocasiones textos que hacen pensar que existe una relación entre dos amantes. Pero la situación cambia si se considera la particular relación entre ambos, no son solo dos adultos, se trata de una mujer en terapia por sus conflictos emocionales, medicada por el acusado, confiada en su criterio médico, en su conocimiento profesional de la mente y la confianza originada por la relación médica mantenida por nueve años. Rebajar la posición del médico a una mera relación entre iguales no es razonable.
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Respecto al testimonio de la víctima, el Tribunal lo califica como coherente y consistente con la incriminación, lo que también da cuenta la sentencia recurrida que lo consideró creíble y suficiente para acreditar los hechos. Además, subraya que fue corroborado por otros elementos como, declaraciones de testigos e informes periciales que refuerzan, de manera firme y sólida, el relato de la denunciante respecto a su falta de consentimiento al momento de mantener relaciones sexuales, toda vez que se encontraba manipulado por el imputado, quien seguía tratándola terapéuticamente.