Un importante paso dio en la Sala del Senado el proyecto de ley sobre convivencia, buen trato y bienestar de las comunidades educativas, el cual fue aprobado por unanimidad en su votación en general. La propuesta, que avanza en su segundo trámite legislativo, tiene como objetivo prevenir y erradicar la violencia, el acoso escolar y la discriminación en los establecimientos educacionales del país.
El presidente de la Comisión de Educación, senador Gustavo Sanhueza, expuso los principales aspectos de la iniciativa, la cual establece el deber del Estado y de los actores del sistema educativo de promover espacios libres de violencia. Durante el análisis legislativo se escucharon a distintos representantes del ámbito educacional, cuyas observaciones serán consideradas en la discusión en particular del proyecto.
Por su parte, el ministro de Educación, Nicolás Cataldo, destacó que pese a que se han aplicado las sanciones más severas en casos recientes de violencia escolar, la situación continúa agravándose. En ese contexto, señaló que este proyecto entrega una mirada integral al problema y llamó a avanzar con unidad frente a este desafío.
Durante el debate en la Sala, senadores y senadoras de distintas bancadas —incluyendo a José Miguel Insulza, Carmen Gloria Aravena, Claudia Pascual, Yasna Provoste, Esteban Velásquez, José García y Juan Ignacio Latorre— coincidieron en que la violencia escolar refleja una fractura más profunda en la convivencia social y democrática del país. Subrayaron que es necesario implementar soluciones concretas, mecanismos de seguimiento y una evaluación continua de las medidas adoptadas.
Asimismo, se planteó la urgencia de incorporar en la formación docente contenidos relacionados con habilidades socioemocionales, con el fin de dotar a profesores y profesoras de herramientas para enfrentar los nuevos desafíos que impone la realidad de la niñez y juventud actual.
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Durante la discusión, se destacó la importancia de fortalecer el rol del profesor jefe, redefinir las funciones de orientadores e inspectores, garantizar capacitación adecuada para todo el personal educativo, y establecer un vínculo más sólido entre los establecimientos y las familias. También se hizo énfasis en la necesidad de un trabajo intersectorial para abordar los múltiples factores que afectan el clima escolar, incluyendo temas como el consumo de drogas.
El proyecto, que seguirá su discusión en particular, fue ampliamente respaldado por todos los sectores políticos, reflejando el consenso en torno a la urgencia de mejorar la convivencia escolar como base para una educación integral y segura para todos los estudiantes del país.
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