En una reciente decisión judicial, un jurado concedió más de 1.2 millones de dólares a la ex asistente personal de Robert De Niro, Graham Chase Robinson. El veredicto establece que la empresa de De Niro, Canal Productions, fue responsable de crear un entorno laboral tóxico para Robinson, aunque eximió al actor de responsabilidad personal por el abuso.
El jurado determinó que Canal Productions participó en actos de discriminación de género y represalias contra la ex asistente, por lo que se le ordenó realizar dos pagos separados de 632.142 dólares, sumando así la cantidad total de la compensación.
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La demanda fue presentada por Robinson en julio de 2021, inicialmente buscando una indemnización de 12 millones de dólares por daños a su reputación y angustia emocional, atribuyendo a De Niro la responsabilidad de dichos perjuicios. La acción legal surgió después de que De Niro y el Canal interpusieran una demanda contra Robinson en 2019, acusándola de sustraer cinco millones de dólares de la empresa y de ver extensas horas de programas de televisión durante su horario laboral.
Ambas demandas fueron sometidas a consideración del jurado federal de Manhattan en Nueva York, y la decisión se alcanzó tras aproximadamente cinco horas de deliberaciones. El fallo destaca la responsabilidad de la empresa de De Niro en la creación de un ambiente de trabajo perjudicial para Robinson.
Durante el testimonio, De Niro afirmó que, a pesar del título ejecutivo de Robinson, que su función principal continuaba siendo la de asistente personal. En contraposición, Robinson sostuvo que De Niro la sometía a largas jornadas laborales, le pagaba de manera insuficiente y la obligaba a realizar tareas no relacionadas con su posición ejecutiva, como lavar ropa. Estas alegaciones sugieren un conflicto en las percepciones sobre las responsabilidades laborales y las condiciones de empleo entre ambas partes.