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Imagen: Goddreads

El alma de la Toga – Ángel Ossorio y Gallardo

Busca conectar el concepto de justicia con lo que sucede en la realidad.

Por Konstanza Guerrero Canales, USS

El alma de la Toga, es un libro del autor Ángel Ossorio y Gallardo que busca realzar los valores de los abogados, y que trata de guiar a los jóvenes que incursionan en la carrera del Derecho, para que entiendan cómo debe ser un verdadero abogado.

Esta obra se divide en 13 capítulos: La moral del abogado; El desdoblamiento psíquico; El trabajo; La palabra; El arte y la abogacía; La clase; Especialistas; Libertad de defensa; Los pasantes; La toga; La mujer del bufete; Hacia una justicia patriarcal; Decálogo del abogado.

Este es un libro que ha sido editado en diversas ocasiones, sin embargo, y a pesar de haber sido publicado por primera vez en el año 1919, es un libro que tiene mucha vigencia en la actualidad y aun es muy utilizado como referencia por los abogados.

Para comenzar, el autor del libro nos hace un llamado a definir correctamente el término “abogado”, pues bajo su perspectiva, ser abogado va mucho más allá de obtener un simple título, sino que un real abogado es quien ejerce la profesión aconsejando jurídicamente y pidiendo justicia.

El autor también hace un análisis más espiritual y subjetivo, señalando que, en nosotros mismos hay una fuerza especial, imposible de encontrar en otro lugar o en otros seres, y es esa fuerza la que nos ayuda a enfrentar las injusticias que se nos presentan, incluso cuando nuestra dignidad se ve empañada por las críticas de otros o por agresiones. En este sentido, Ángel Ossorio expresa en su libro que “la justicia no es fruto del estudio, sino una sensación”.

También, busca conectar el concepto de justicia con lo que sucede en la realidad, señalando que, en una sociedad capitalista las personas suelen moverse por el dinero, y no por lo que es justo, equitativo, bueno y prudente. Es por ello que las personas y la sociedad en su conjunto, buscan tergiversar las leyes y acomodarlas a su gusto y conveniencia, para poder ganar, pues la competencia es más importante para algunos.

Ángel Ossorio también señala que un abogado, debe defender lo justo, y hacer todo lo moralmente posible para defender a un cliente, pero ello implica ser cauteloso, y no caer en “el qué dirán”, puesto que ello puede llevarnos a ser quienes no somos en realidad.

El abogado también debe ser una persona de confianza, dice el autor, una persona que sea capaz de guardar el secreto profesional a cabalidad, puesto que de lo contrario, podemos perjudicar gravemente a nuestro cliente. Y es así, como en general, este libro nos incita a analizar qué es un abogado, cual es su rol en la sociedad y como siempre se debe buscar la verdad y la justicia.

Podemos concluir que es una obra especialmente dirigida a abogados, estudiantes y amantes del Derecho, pues enseña a rechazar todo lo injusto, a alejarse de la corrupción, de la falta de ética profesional, y por otro lado busca concientizar sobre la importancia de ser personas transparentes, integras y responsables, entendiendo que respondemos por los derechos de otros, y cualquier mala decisión que se tome, podrá generarle un perjuicio.