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Las Instituciones de Gayo – Francisco Samper

Es una traducción de la obra » Instituciones de Gayo» bajo las Ediciones de la U. Católica de Chile.

Por Daniela Bustamante Ramírez, U. Central

Las Instituciones de Gayo que hace el profesor Samper es una traducción de esta obra bajo las Ediciones de la Universidad Católica de Chile y publicada en el año 2017, con un total de 500 páginas.

Las Instituciones, conocidas principalmente como Instituciones de Gayo (en latín: Gaii InstitutionesLiber Gai o Gai Institutiones) es una obra recopiladora de jurisprudencia del Derecho Romano elaborada por el jurista romano Gayo.

Las Instituciones de Gayo, aunque concebida como una obra modesta destinada a la enseñanza del Derecho en una escala elemental, es sin duda el texto más importante de cuantos se han escrito si lo consideramos desde el punto vista de su influencia histórica.

Gayo debe fama y gloria en el mundo posclásico y actual gracias a su manual “Las Instituciones” que constituyen una introducción al Derecho Romano en los que se mezcla una ejemplar claridad en la exposición con la agudeza y profundidad en el planteamiento de los problemas jurídicos.

Algunas partes de esta obra han llegado hasta nosotros a través del Digesto de Justiniano, de la Mosaicarum et Romanarum Legum Collatio y del Epitome Gai contenido en la Lex Romana Visighotorum; pero además de estas referencias, el texto casi íntegro de la obra llego en vía directa a través de un manuscrito del siglo V d. C., encontrado en Verona por el historiador alemán B.G. Niebuhr en el año de 1816. Niebuhr de visita en la biblioteca capitular de esa ciudad, estudiando un texto de las Epistulae de San Jerónimo, descubrió que estaba escrito sobre otra obra, que había sido previamente cancelada, es decir, se trataba de un palimpsesto que contenía fragmentos relativos a la materia jurídica, informó de tal hallazgo a Savigny, quien reconoció el texto de las Instituciones, posteriormente Göschen lo publicó por primera vez en 1820.

Otro gran descubrimiento tiene lugar en 1933 en Egipto por obra del romanista italiano Arangio-Ruíz, quien reconoce en un manuscrito algunos fragmentos importantes de los libros III y IV relativos a las acciones de la ley que vinieron a llenar las lagunas que en esa materia prevalecían.

Éstos hallazgos fueron de suma importancia, pues han permitido conocer directamente el Derecho Romano clásico.

Por lo que se trata de una obra de gran valor práctico y utilidad didáctica; por un lado expone de manera sencilla, el panorama general del derecho en su época, así como algunas referencias al derecho antiguo; por otro lado, la sistematización que utiliza Gayo en la obra es novedosa, sus clasificaciones permiten una mejor y más clara enseñanza del derecho.

La obra de Gayo inicia con una pequeña introducción sobre las fuentes del derecho y después todo el material está ordenado en tres partes: personas, cosas y acciones, todo ello sistematizado en cuatro libros que observan las siguiente estructura:

Libro I: Ius quod personas pertinet, en donde trata del Derecho de las Personas y de la Familia. Divide a las personas en libres y esclavos, ciudadanos romanos y extranjeros, sui iuris y aliena iuris y se refiere a la tutela y curatela

Libros II y III: Ius quod ad res pertinet, desarrolla la temática relativa a la propiedad y en términos generales los derechos reales, las sucesiones y las obligaciones, tocando temas como la adquisición y trasmisión de las cosas simples o universales, las adquisiciones en nombre propio o por medio de las personas sujetas a nuestro poder.

Libro IV: Ius quod actiones pertinet, que se refiere al proceso privado, estudiando las acciones, el proceso, las excepciones y los interdictos.

Gayo hace una exposición del Derecho vigente de su tiempo y sólo en algunas ocasiones, cuando lo consideraba oportuno, se concede algún comentario sobre formas jurídicas del pasado, lo que permite conocer con precisión los cambios y desarrollo de las instituciones del periodo arcaico al periodo clásico.

Este manual sirvió de modelo a otros más. Así Justiniano lo siguió muy de cerca cuando solicitó a Triboiano, Téofilo y Doroteo que elaboraran sus Institutiones, las cuales estaban dirigidas a la enseñanza del Derecho a estudiantes de su época, pero con fuerza de ley; publicada el 21 de noviembre del año 533 d. C.

Su tono sistemático, didáctico y ordenado, alejado del estilo casuístico de los grandes juristas romanos cautivó –a través de la versión justinianea– a la romanística del Renacimiento y contribuyó a exaltar una fama que Gayo ya había ganado desde el siglo IV entre los estudiosos del Derecho. Más de un artículo de nuestro Código Civil reproduce casi a la letra el contenido de las Instituciones.

Finalmente, siguiendo este modelo imperial se elaboraron posteriormente tratados y textos sistemáticos del Derecho Privado en la Edad Media y en la Época Moderna.